La restricción del crédito y el incumplimiento en los pagos está haciendo difícil a muchas empresas, especialmente pymes, mantener su barco a flote en un mar sometido a una contracción de demanda de dimensiones históricas. En este escenario, las ayudas públicas a empresas en forma de subvenciones puede significar, para muchas, sobrevivir en un mercado cada vez más hostil.
Tras cinco años de crisis y con las arcas públicas en mínimos, las empresas españolas se repartieron en 2012 más de 3.000 millones de euros en forma de subvenciones públicas. El 69,8 % de esta cantidad -2.122 millones- fueron a parar a manos de las pymes, y, el resto del pastel, se lo repartieron varias multinacionales, según los datos que ha recopilado la agencia de calificación de rating española Axesor cruzando los datos del Boletín Oficial del Estado y los diecisiete boletines oficiales autonómicos.
El top ten de las empresas más subvencionadas está encabezado por una automovilística, Peugeot España, que acumuló 66,7 millones de euros al ser agraciada con cinco subvenciones. Le siguen, por este orden, la minera Unión Minera del Norte, que ingresó de las arcas públicas 29,33 millones de euros; Hunosa, con otros 27,5 millones; Telefónica, con 23,9; Renault España, con 23,5; Iveco España, con 20; Coto Minero Cantábrico, con 19,8; Agroseguro, con 19,2; EADS, con 17,7; y Unión Fenosa Distribución, con 16,9 millones de euros.
