Oh, qué será, el gran legado de Doña Flor y sus dos maridos

La Habana.- La célebre película brasileña Doña Flor y sus dos maridos legó, además de la espectacular desnudez de Sonia Braga, tres versiones de una canción imprescindible de la música brasileña y universal: Oh, que será, de Chico Buarque.
 
Quizás La Construcción sea su canción más genial, pero el tema del filme dirigido por Bruno Barreto en 1976 es el más conocido y versionado de este trovador nacido en 1944, uno de los artistas más influyentes de una tierra pródiga en futbolistas y músicos.
 
Para el filme, basado en una novela de Jorge Amado, Chico compuso tres variantes de este clásico: «Abertura», «À Flor da Terra» y «À Flor da Pele», esta última cantada junto a Milton Nascimiento para abrir el disco «Meus caros amigos», también de 1976. Las voces en las demás versiones son de Simone y Nara Leão.
 
La canción habla de muchas cosas y de ninguna en específico. Es uno de los clásicos «dribles» o fintas musicales que le hacía Chico a la censura durante la dictadura militar que lo obligó a exiliarse en 1969.
 
Con la gracia del «jogo bonito», el autor esquiva el lápiz rojo preguntándose «qué será» sin responderse, porque eso se lo deja a los sueños de cada cual.
 
¿Qué será, qué será, qué anda susurrando por las alcobas? Bueno, bien podría ser el espíritu del libertino Vadinho, interpretado por José Wilker, quien regresó del más allá para impedir que su apetecible viuda consume la unión con su nuevo esposo, un recto boticario.
 
Otra lectura literal podría ser el amor ilícito de los amantes furtivos, la pasión que provoca lo prohibido. Pero también podría ser una sutil alusión a las ganas de rebelarse contra toda opresión, sea marital, religiosa o militar.
 
A Chico nunca le ha interesado explicar sus canciones. «El arte no sirve para nada», ha dicho, sin creérselo demasiado, sospecho yo.
 
Al menos de aliento servía, y de desahogo. En su momento, Chico expresaba en esta y otras canciones lo que otros callaban. Insinuaba lo que no podía decir. Y la gente estaba en sintonía.
 
Por cierto, la película corrió mejor suerte que la versión teatral de la novela de Amado, que fue prohibida.
 
A su vez, cualquiera de las variantes de la canción es fabulosa, tanto la vertiginosa a flor de tierra, como la melancólica a flor de piel.
 
Entre sus cantores más notables están Ana Belén, Mercedes Sosa y Daniela Mercury. Pero ninguna la cantó como Chico y Milton.
 
Capaz de alcanzar notas solo suyas, Milton abre con un lamento indígena, comienza a cantar y tras la primera estrofa llega la cálida voz de Chico, esa que parece la confesión de un amigo. Y es una de sus gracias, la sencillez con que comparte algo muy suyo.
 
Algo tan intimo que uno lo disfruta, aunque nunca sepa a ciencia cierta qué será, qué será…

Compartir esta publicación:

WhatsApp
Facebook
X
LinkedIn
Pinterest