La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria caracterizado por «episodios incontrolados de atracones de comida» con una conducta compensatoria de provocarse vómitos, tomar laxantes, diuréticos y hacer ejercicios excesivos para mantener un peso normal.
La doctora cubana Ovidia Rodríguez Méndez puntualiza que este desorden alimentario, predominante en la etapa de la juventud, es más frecuente que la anorexia nerviosa (rechazo a la comida por miedo a engordar), pero más difícil de diagnosticar porque no se hace muy evidente.
Nuestra entrevistada se desempeña en el Servicio de Salud Mental del Hospital Docente Pedro Borras Astorga, de La Habana, es especialista de segundo grado en Psiquiatría Infantil, Máster en Atención Integral al Niño y Profesora Auxiliar.
«¿Se manifiesta por igual en ambos sexos?
«Afecta aproximadamente entre un tres y cuatro por ciento de las mujeres y es menos frecuente en los varones.
«¿Existe algún denominador común entre la anorexia y la bulimia? ¿Dónde estarían los límites, digamos, con las personas que tienen «muy buen apetito» o «muy mal apetito»?
«Tanto la anorexia como la bulimia nerviosa son trastornos de la conducta alimentaria en que el denominador común es el temor a aumentar de peso, mientras que las personas que no se encuentran aquejadas de esas alteraciones no están preocupadas por la ganancia de peso.
«¿Son conocidas las causas de esa ingestión descontrolada de grandes cantidades de alimentos?… O, al menos, qué hipótesis se plantean?
«Las causas no están bien definidas. Se plantea que en estas personas coexisten trastornos mentales depresivos, obsesivos y de baja autoestima. Podríamos conceptuar la bulimia nerviosa como una adicción en la cual la sustancia de abuso es la comida.
«¿Qué consecuencias puede comportar para la salud física y psíquica de estas personas?
«Desde el punto de vista de la salud física los vómitos a repetición provocan erosión del esmalte dental, esofagitis y gastritis, así como alteraciones de los electrolitos (sodio y potasio) y aparecen marcas callosas en el dorso de la mano que introduce en la boca de forma reiterada y, asimismo, agrandamiento de las glándulas salivares.
«¿Las personas aquejadas de bulimia se esconden literalmente para comer, o lo hacen a la vista de toda la familia?
«Las bulímicas tienen conciencia de que pierden el control ante la visión de la comida y tratan de esconderse, comer «en secreto», para evitar las críticas de la familia.
«¿Cómo ayudar? ¿En qué momento y a quién consultar?
«Siempre que se sospeche el trastorno se debe consultar a los médicos de la atención primaria. En general estos pacientes deben ser atendidos tempranamente por psiquiatras y psicólogos para evitar que se haga crónico este trastorno y poder descartar también otras enfermedades que cursan con síntomas parecidos.
«¿Cómo se establece el diagnóstico de bulimia?
» Cuando se confirma que el paciente tiene, durante un período de más de tres meses, por lo menos dos episodios semanales de ingesta de alimentos de forma descontrolada, un deseo irrefrenable que lo impulsa a comer cualquier tipo de alimento, seguido de culpa y mecanismos compensatorios por temor a engordar.
«¿Tiene tratamiento? ¿En qué consiste?
«El tratamiento es multimodal. Requiere de cuidados médicos y psicoterapia individual, de grupo, de familia y conductual, con la cooperación del paciente y la comprensión de que tiene un trastorno. También es importante el uso de psicofármacos antidepresivos para mejorar el estado de ánimo, la depresión y ansiedad que presenta ante sus síntomas.
«En general, ¿cuál es el pronóstico de estos pacientes?
«En un alto porcentaje de casos el trastorno persiste al menos por varios años. El curso puede ser crónico o intermitente con períodos de remisión. Algunos pacientes con bulimia nerviosa pueden tener formas ocultas de anorexia nerviosa con significativa pérdida de peso.
«Algún mensaje en especial para estos pacientes y sus familiares?
«Este trastorno pasa fácilmente inadvertido si el médico no pregunta acerca de los hábitos alimentarios y la imagen corporal.
Los adolescentes que presentan estos trastornos de la conducta alimentaria y son llevados al especialista por sus padres, pueden ser difíciles de tratar pues tienen ambivalencias para aceptar el trastorno o resolverlo.
En el seno familiar donde se habla continuamente de hacer dietas para bajar de peso se puede generar en los adolescentes esta preocupación.
«¿Le quedaría algo esencial por señalar?…
«Sí. Es importante comentar que en los niños con diabetes mellitus insulinodependiente se pueden presentar estos trastornos de la conducta alimentaria en forma de episodios recidivantes (que reaparecen) e inexplicados de descompensación, porque el paciente lo hace para no tener que usar la insulina.
