Washington.- Descartada la posibilidad de que se apruebe una reforma migratoria en lo que resta de 2013, aumenta el criterio de que demócratas y republicanos en el Congreso estadounidense son culpables de la falta de acción.
Como sucede desde hace varios años, el cambio de la ley que regularizaría la situación de un estimado de más de 11 millones de personas indocumentadas se mantiene como rehén del enfrentamiento político entre los dos partidos que se relevan en el gobierno de la nación.
Medios políticos y de prensa destacan hoy que la esperanza de una reforma migratoria este año es ya prácticamente nula y mientras surgen recriminaciones entre los legisladores sobre en quién caerá la culpa.
Aunque hay varios movimientos de apoyo a nivel nacional que presionan para que algo se vote en la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, es casi cierto que nada podrá hacerse hasta después de las elecciones de medio término de 2014, en las cuales se renueva ese órgano y un tercio del Senado.
Doris Meissner, excomisionada de Inmigración durante el gobierno de William Clinton y actual investigadora del Migration Policy Institute, al analizar la situación estimó que a ambos partidos les interesa lograr una reforma a largo plazo, pero no terminan de ponerse de acuerdo.
La postergación alarma a los interesados, pues eso significará otro año de deportaciones y de mantener a millones en el limbo y en la sombra, ante la negativa del presidente Barack Obama de recurrir a los poderes de los que está investido para aliviar la situación.
Considerada una prioridad en su primer gobierno, Obama y los demócratas no le dieron suficiente calor a una iniciativa cuando tenían la mayoría en ambas cámaras del Capitolio, estiman comentaristas políticos.
Luego de perder esta posibilidad la atención al cambio de la ley se vio sobrepasada por la crisis fiscal recurrente y posteriormente, en especial este año, por la batalla para no perder la ley de salud, el problema de las armas de fuego y los intentos de una intervención militar directa en Siria. A la hora de buscar culpables de la falta de acción en el Congreso, la mayoría culpa a los republicanos y al presidente de la Cámara baja, John Boehner, quien este jueves dio un portazo al asunto al reiterar que no considerará un plan bipartidista aprobado por el Senado en junio.
Recientemente, un artículo del diario digital The Hill, especializado en temas legislativos, sostuvo que si bien Boehner tiene responsabilidad en el fracaso, los demócratas también son culpables.
Al respecto, el congresista demócrata por Illinois, Luis Gutierrez, un abanderado del cambio de ley, estimó que la Casa Blanca careció de una estrategia para impulsar el asunto en la Cámara de Representantes.
Sobre este particular varios análisis concuerdan en que a los demócratas les conviene mantener el estancamiento del que culpan a los opositores, con el entendido de que el voto latino castigará a los republicanos en 2014, lo que pudiera representar retomar el control de la Cámara baja.
Sin embargo, Obama aseguró este jueves que no existe realmente razón alguna para no lograr una reforma migratoria que, subrayó, cuenta con el apoyo de una amplia base conservadora.
Lo cierto es que la inacción de Congreso castigará a millones de personas, no habrá paz en muchos hogares de la minoría más numerosa del país,la latina, continuarán los abusos, las agresiones sexuales y las deportaciones de miles de inmigrantes.
