Alergias e intolerancias alimentarías en los niños

Los niños, por su condición de tener un sistema inmunológico menos desarrollado, pueden sufrir, sobretodo a edades tempranas, algunos tipos de alergias o intolerancias que pueden ser más o menos graves o más o menos reversibles dependiendo de muchos factores.
 
Cuando a un niño no le sienta bien algún tipo de alimento, ¿que es lo que sufre exactamente? ¿Una alergia? ¿Una intolerancia? En primer lugar, diferenciemos estos dos términos, tan frecuentemente confundidos, enmarcándolos siempre dentro del contexto alimentario. Una alergia es una hipersensibilidad a una sustancia presente en un alimento que provoca al cuerpo una respuesta inmunológica mediada por las inmunoglobulinas IgE. Una intolerancia , en cambio, es igualmente una hipersensibilidad, pero sin esta respuesta inmunológica.
 
Basándonos en la definición, por lo tanto, podemos decir que una alergia alimentaria puede comportar consecuencias graves para el individuo, incluso mortales en algunos casos de alergias importantes que no sean atendidas con el tratamiento adecuado. En cambio, las intolerancias raramente comportan situaciones de riesgo vital, aunque esto no quiere decir que su persistencia pueda comportar consecuencias, normalmente a largo plazo, muy importantes e incluso graves para el individuo, normalmente asociadas a problemasdigestivos, de atrofia de los intestinos, mal absorción de nutrientes y malnutrición.
 
Entremos ya en materia ¿Cuales son las alergias e intolerancias mas frecuentes en los niños? Tenemos básicamente: alergia a la proteína de leche de vaca (APLV), intolerancia a la proteína de leche de vaca, intolerancia a la lactosa e intolerancia al gluten.
 
ALERGIA A LA PROTEINA DE LECHE DE VACA
 
Esta alergia puede ser a una de las proteínas presentes en la leche de vaca, como la caseína, o alguna de las proteínas del suero lácteo, como la betalactoglobulina o la alfalactoglobulina. El grupo de edad que presenta esta alergia con mas frecuencia son los recién nacidos. Al ser una alergia es una reacción inmunitaria, con unos signos y síntomas que suelen manifestarse entre la primera semana i los 6 meses de vida. La sensibilización puede adquirirse tanto a través de la leche materna como la leche artificial, y su gravedad puede ser muy variable, dependiendo del grado de sensibilización y de la cantidad de la ingesta.
 
El cuadro clínico suele cursar con alteraciones en la piel y las mucosas, como urticaria aguda y prurito (picor) faríngeo; alteraciones digestivas, tales como diarreas, vómitos, dolor abdominal o estancamiento ponderal tanto de la talla como del peso; manifestaciones respiratorias, que pueden ser rinitis, tos o apneas; y neurológicas, que en bebé identificaremos como irritabilidad y llanto nocturno persistente. En su sintomatología mas grave, como cualquier alergia, puede provocar choque anafiláctico, emergencia de riesgo vital que debe de ser atendida urgentemente por personal sanitario.
 
El diagnóstico de esta alergia suele realizarse por la clínica que presenta el niño, un análisis de sangre en que se identificará una IgE total elevada, la prueba específica del RAST a la proteína de leche de vaca, que es la detección de anticuerpos IgE específicos, y la prueba PRICK, en que se introduce a la piel una pequeña cantidad de la sustancia potencialmente alergénica y se controla la evolución del organismo.
 
El tratamiento consiste en suprimir la leche y derivados de la dieta de la madre en el caso que la lactancia sea materna, para no traspasar las proteínas al bebé. Existen, también, leches artificiales con fórmulas hidrolizadas (proteínas fragmentadas) muy útiles, así como leches vegetales a base de soja, aunque estas últimas no se recomiendan a bebés menores de 6 meses. También es importante destacar que si se diagnostica una APLV no se deben administrar leches con fórmulas a base de proteínas no modificadas (no hidrolizadas) de otro tipo de leches tipo cabra u oveja.

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