Arzobispo de Miami se solidariza con hijos de indocumentados haitianos

Miami, Florida.-El arzobispo de la diócesis de Miami Dade, Thomas Wensky se solidarizó con los que llamó dominicos-haitianos hijos de haitianos indocumentados afectados por la sentencia 168 del Tribunal Constitucional dominicano.
 
El prelado católico hizo esos y otros pronunciamientos en ese sentido durante la celebración de la misa dedicada a Nuestra Señora de la Altagracia en el sector de Allapattah y en presencia de las autoridades consulares dominicanas en esta ciudad.
 
Expuso el purpurado que las relaciones dominico-haitianas se han caracterizado por las luces y sombras, pero que estas últimas han primado pero que cuando ocurrió la catástrofe natural los dominicanos mostraron la luz de esas relaciones de forma afectiva y efectiva con los haitianos.
 
Monseñor Wensky hizo un recuento de los momentos que vivió por el tras el terremoto que afectó a Haití y destacó en ese instante la pronta solidaridad y hermandad demostrada en ese entonces por el gobierno y el pueblo dominicano.
 
No obstante, consideró injusta la sentencia que despoja de la ciudadanía dominicana a unas 200 mil personas que por su origen, idioma y costumbres son dominicanos y por los que pidió orar y pedir su protección y para que se busque una solución junto a todos los dominicanos.
 
Agregó que en el día de la Altagracia rezaba por los dominicanos pero también por los hijos de los haitianos afectados por la decisión del tribunal dominicano y recordó al Papa Francisco en que conminaba al cristiano a no quedarse indiferente ante sus hermanos y eso debía acontecer con los haitianos-dominicanos afectados por esa disposición.
 
Sostuvo el prelado católico que la presencia haitiana en Republica Dominicana no ha perjudicado el desarrollo del país, y eso queda reflejado en la agricultura y la industria de la construcción entre otros sectores apunto.
 
Empero dijo que como norteamericano de origen polaco quizás no tenía derecho de criticar las leyes de otro país, y que en los Estados Unidos había mucho que criticar respecto a lo de la reforma inmigratoria lo que admitió era cierto, pero que por más de diez años ha luchado junto a otros sectores por la aprobación de una reforma inmigratoria que le dé un estatus legal a quienes nacieron aquí y tienen un idioma y costumbres de norteamericanos, aun siendo hijos de indocumentados como ocurre con los hijos de haitianos indocumentados en la República Dominicana.
 
Dijo que las leyes deben ser justas y no discriminatoria u obsoletas como la de los Estados Unidos en materia de inmigración por lo que invocó a la Virgen de la Altagracia y todos los dominicanos para que propicien una reforma constitucional que modifique lo acordado en la criticada sentencia del Tribunal Constitucional.
 
Agregó que los dominicanos y haitianos en el Sur de la Florida han vivido en armonía están unidos por la fe cristiana y una lucha común para superarse en este país y que como católico están unidos también en una iglesia común hay diversidad no los divide sino que los enriquece, y que lo único que los divide es el pecado como el de la xenofobia y el racismo.
 
La misa fue concelebrada a casa llena con la participación de un sacerdote dominico-haitiano, dos seminaristas dominicanos y el párroco de la Misión Nuestra Señora de la Altagracia el padre de cubano-americano José Luis Menéndez.
 
El evento religioso se realizó en el mismo corazón de la comunidad dominicana asentada en Allapattah, quien mayormente habla español, pero se hicieron tanto lecturas como parte de la homilía en Creole.
 
Por su lado el cónsul Amaury Ríos declaró que no reclamó una oportunidad para aclarar en parte lo dicho por el arzobispo en la homilía por respeto al protocolo, pero consideró de mal gusto que no se le advirtiera a él como representante del gobierno dominicano de lo que trataría el comentario religioso, ya que no es usual que el arzobispo de Miami concelebre la misa dedicada a la patrona de los dominicanos y que toque un tema de estricta soberanía nacional como el de la ciudadanía de un país.
 
Destacó el funcionario que tanto al arzobispado como a sus párrocos locales le debe constar, porque así se ha estado difundiendo profusamente en los medios de comunicación, que el gobierno encabezado por el presidente Danilo Medina ha adoptado una serie de pasos a fin regularizar la situación de los descendientes de haitianos indocumentados que reclaman la ciudadanía dominicana, y entre ellas está la reanudación del diálogo con las autoridades haitianas, así como el decreto que prohíbe la deportación de ciudadanos en esa condición de irregularidad.
 
Mientras tanto varios dominicanos que asistieron a la misa entre los que había representantes de varios partidos políticos, entre ellos el Revolucionario Dominicano, Reformista Social Cristiano así como activistas comunitarios como Isidro Madé, Carlos Sánchez, Amada Vargas y Julio Martínez manifestaron su indignación por la homilía-declaración del arzobispo Wensky y por la forma en que la comunidad dominicana de ese sector y los invitados fueron sorprendidos y en cierto modo desconsiderados por el contenido de la misma.

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