Las bases del Partido de la Liberación Dominicana, las que trabajaron a sol y sombra durante todas las campañas electorales pasadas, la que sus dirigentes llevan de aquí para allá y de allá para acá, a las que muchos de los funcionarios designados que trabajaron también denodadamente, luego olvidan, no los conocen y no los reciben casi nunca en sus despachos con mil excusas baladíes, lo que quieren es que de algún modo se acuerden de ellos.
Simple. Si pueden conseguirle un empleo, pues que se lo den, que no barajen tanto. Que ayuden al presidente facilitándole diligencias que a veces no tienen tanto que ver con pedir para ello sino para sus comunidades que es donde son vistos como líderes naturales y ellos los funcionarios, pueden resolver y no todos lo hacen o le dan largas o de lado.
A muchos de las bases del PLD le gustaría que se crearan las condiciones de tal forma que no sea el estado el único dispensador de empleos sino el sector privado al que en su mayoría también les ha ido muy bien en los gobiernos peledeístas, pero sobre todo que se estimule y se preparen a muchos de ellos-los militantes peledeístas- para incursionar como pequeños o medianos emprendedores.
A la mayoría y eso se puede constatar, les molesta el grupismo que quieren fomentar algunos compañeros que no terminan de entender que solo la unidad le garantiza al PLD y a cualquier partido, su permanencia en el poder.
Ellos-la mayoría de las bases peledeístas saben que en la medida en que la formación y la disciplina en el PLD se ha ido deteriorando por su prolongada estadía en el poder, hoy mucho de su liderazgo medio, e incluso corroborado con lo que paso en las elecciones de los nuevos miembros al Comité Central, está basado en lo que dijo el presidente del partido, el ex presidente Leonel Fernández, en su más reciente artículo: “El Poder y su liderazgo, entre puestos y sobrecitos”, pero el mismo hecho de que esa alarma provenga de él y del presidente Danilo Medina con sus más recientes pronunciamientos públicos, le han lanzado una advertencia de estar muy equivocados los que por otros medios que no sean los de un liderazgo ganado en base al trabajo, inteligencia y preparación, crean que solo con el poder de otros recursos pueden agenciarse el favor de las bases moradas.
Pasa el tiempo, las bases se cansan de esperar y los nuevos miembros a los que solo les atrae la posibilidad de un empleo en la administración pública, le tienen tendido un reto a la alta dirigencia del PLD: o se acuerdan de ellos y les advierten a los nuevos que hay un trabajo por hacer, o esta organización corre el riesgo de anquilosarse y solo mantenerse como una maquinaria electorera que como a todo artefacto, un día le pueda fallar la transmisión o el motor, porque no le dieron mantenimiento. Entonces adiós al poder que tanto otros añoran y que nosotros de una manera u otra torpedeamos o no cuidamos.
