Desde la celda donde fue encerrado por incitar las protestas, el opositor venezolano Leopoldo López se burló el viernes del diálogo de paz convocado por el presidente Nicolás Maduro para intentar apaciguar un mes de manifestaciones.
La cifra de muertos en las protestas subió el viernes a 17 cuando una persona baleada mientras despejaba una barricada en el estado central de Carabobo. Pero la ola de descontento por el desabastecimiento, la violencia y la corrupción no parecía poner en juego la continuidad el gobierno socialista de Maduro, que asumió hace 10 meses tras la muerte de Hugo Chávez.
Algunos estudiantes seguían bloqueando vías y chocando con las fuerzas de seguridad en Caracas y otras ciudades del país. Las manifestaciones, sin embargo, eran menos numerosas porque muchos venezolanos partieron a la playa para aprovechar el feriado de carnaval.
En un intento por poner paños fríos a las protestas, Maduro convocó a una ronda de diálogos con empresarios, adversarios políticos y líderes religiosos. Horas de charlas en torno a una larga mesa en el palacio de gobierno fueron transmitidas por la televisión estatal.
«Para Nicolás Maduro ‘el diálogo’ es un retroceso táctico, producto de la presión en las calles», dijo López en un mensaje enviado a través de su esposa desde la prisión militar de Ramo Verde y divulgado a través de su cuenta Twitter @leopoldolopez.
«El diálogo de Maduro es: vengan a Miraflores y mientras hablo en cadena, persigo, asesino y reprimo en la calles», acotó.
Las principales figuras de la oposición, como el moderado Henrique Capriles, faltaron a la cita.
«Yo le sigo haciendo un llamado para que asistan a este movimiento», dijo el ex sindicalista de 51 años. «En privado o público, pero conversemos».
