La disputa política por las revelaciones de que investigadores franceses pincharon el teléfono del expresidente Nicolas Sarkozy dieron un nuevo giro el miércoles cuando el Gobierno de François Hollande reconoció que conocía las escuchas.
Los conservadores de Sarkozy, actualmente en la oposición y aquejados de luchas internas y acusaciones de financiación irregular del partido, saltaron a las noticias para acusar a Hollande de sucias tácticas políticas para desacreditarles antes de las elecciones locales de este mes.
El primer ministro, Jean-Marc Ayrault, confirmó la información de la revista satírica Le Canard que decía que tanto él como la ministra de Justicia, Christiane Taubira, supieron de las escuchas el 26 de febrero.
Taubira indicó el lunes que no estaba al tanto de la vigilancia antes de que ésta fuera filtrada a los medios locales la semana pasada.
«La ministra de Justicia recibió la información, luego me la pasó a mí, de que se había abierto una nueva investigación en relación con asuntos extremadamente graves. Ahí fue cuando lo supe», dijo a la cadena de televisión France 2 el martes por la noche.
Ayrault subrayó, sin embargo, que ni Taubira ni él habían visto las transcripciones de las escuchas, que los investigadores lanzaron el año pasado tras las acusaciones de que el líder libio, Muamar el Gadafi, financió la campaña electoral de Sarkozy en 2007.
Sarkozy, que ha desechado los rumores de que se presentará a las elecciones presidenciales de 2017 tras ser derrotado por Hollande en 2012, ha negado que actuara contra la ley.
Por otra parte, el fiscal general de París, François Falletti, confirmó que los investigadores habían informado al Gobierno de «ciertos elementos» de la investigación, sin especificar si eso incluía los detalles recogidos por las escuchas.
«Los fiscales escalaron al Ministerio de Justicia todos los elementos importantes», dijo Faletti a la cadena de radio Europe 1.
El ministro del Interior, Manuel Valls, dijo a la emisora RTL que creía que era correcta la información aparecida en el periódico Le Parisien sobre que el propio Hollande estuvo al tanto de las escuchas.
La investigación está aún bajo secreto de sumario, y no han salido a la luz detalles de las conversaciones entre Sarkozy y su abogado, que estaban siendo pinchadas.
Los franceses acuden a las urnas el 23 y el 30 de marzo para elegir alcaldes, en la primera prueba importante para la popularidad de Hollande desde su llegada al poder en mayo de 2012. Sus niveles de aprobación están en niveles mínimos por no lograr atajar el desempleo y comenzar la remontada de la segunda mayor economía de la eurozona.
Christian Jacob, portavoz parlamentario del partido UMP, dijo que el reconocimiento por parte del Gobierno de que estaba al tanto de las escuchas era «extremadamente grave» y exigió una sesión parlamentaria de urgencia sobre este asunto.
La oposición acusa al UMP de tratar de distraer la atención de las acusaciones de que su actual líder, el protegido de Sarkozy Jean-François Cope, estuvo implicado en prácticas irregulares de financiación del partido, algo que él niega.
