A un mes de la detención del dirigente opositor Leopoldo López, el Gobierno venezolano redobla el cerco sobre las protestas violentas en el este de Caracas. La ola de protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro por la altísima inflación, la escasez de productos básicos y la preocupante delincuencia ya lleva más de un mes, y acumula 25 muertos y cientos de heridos. Maduro aseguró que tomaría «medidas drásticas» contra quienes disparen «contra el pueblo».
