El estado de Florida compensará económicamente a un estadounidense que pasó más de dos décadas en la cárcel, tras comprobarse que es inocente y luego de esperar 25 años una indemnización del gobierno.
James Richardson fue condenado por el presunto asesinato de sus siete hijos en 1967, quienes fueron hallados envenenados en la localidad de Arcadia.
El hombre, afroamericano, fue sentenciado en un polémico proceso con un jurado integrado solo por blancos, y puesto en libertad en 1989 al comprobarse que los testigos habían sido obligados a testificar en su contra, recordó la agencia Dpa.
Asimismo, la entonces niñera de la familia, que ahora sufre de Alzheimer, confesó haber envenenado a los niños.
Ayer, el Congreso en Tallahassee, capital de Florida, modificó una ley que impedía que Richardson percibiera una indemnización, ya que según la normativa de ese Estado, un preso debía demostrar su inocencia para ser compensado económicamente.
En el caso de Richardson eso fue imposible debido a la cantidad de años que han pasado.
Ahora, el Estado de Florida pagará al hombre, de 78 años y de salud muy frágil, 50.000 dólares por cada año de prisión.
