Rusia contraatacó el miércoles tras las nuevas sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea por la crisis en Ucrania, donde el Gobierno acusó a los rebeldes separatistas de colocar minas terrestres cerca del sitio donde fue derribado un avión de pasajeros, para evitar una investigación adecuada.
El miércoles el Gobierno ruso prohibió la importación de frutas y hortalizas polacas y dijo que podría ampliar la prohibición a toda la UE, algo que Polonia calificó como una represalia del Kremlin a las nuevas sanciones impuestas el martes a Rusia.
Moscú calificó las sanciones de «destructivas y con poca visión», y dijo que generarían aumentos de precios de la energía en Europa y dañarían la cooperación con Estados Unidos en asuntos internacionales.
El enfrentamiento entre Rusia y Occidente entró en una nueva fase esta semana, luego de que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) tomaron las medidas internacionales más fuertes hasta ahora contra Moscú por su apoyo a los rebeldes en Ucrania.
Las sanciones de la UE y de Estados Unidos dadas a conocer el martes restringen las ventas de armas y de equipos para la industria petrolera, y prohíben que los bancos estatales rusos recauden dinero en los mercados de capitales occidentales.
Líderes del G7 emitieron un comunicado conjunto el miércoles en el que advirtieron a Rusia de que se enfrenta a más sanciones económicas si no cambia su postura en su política sobre Ucrania.
Además, la Comisión Europea publicó los nombres de ocho rusos, incluidos algunos asesores del presidente Vladimir Putin, y tres compañías a los que se les congelarán sus activos en el extranjero como parte de las sanciones.
En Ucrania se produjeron intensos combates cerca del lugar donde el vuelo MH17 de Malaysia Airlines se estrelló el 17 de julio, tras ser derribado por lo que Washington y Bruselas creen que fue un misil provisto por Rusia.
