Cañada mantiene en vilo a moradores de cinco barrios

Moradores del sector Los Ríos, en Santo Domingo Este, se sienten atemorizados por el peligro que representa la desbordante y longitudinaria cañada, la cual ha cobrado la vida de varias personas y con cada aguacero que cae es suficiente para que inunde las empobrecidas casitas de madera y zinc que con tanto esfuerzo han levantado sus propietarios.
 
El último desborde ocurrió hace dos semanas, arrastrando tras sí todo lo que encontraba a su paso; hasta el momento hay tres individuos desaparecidos y dos muertos.
 
La cañada tiene 8 metros de ancho, 80 pie de altura y atraviesa los barrios Arroyo Hondo, Los Ramírez, Las 800, La Puya, entre otros, por lo que el número de afectados es significativo.
 
En ese sentido, la dirigente comunitaria de Los Ríos, Miguelina de la Cruz, declaró que los residentes del sector se sienten desamparados, debido a que luego de la inundación, ningún organismo del Estado llegó al lugar para socorrer a decenas de damnificados y ni siquiera Salud Pública ha ido a fumigar, pese al inminente riesgo de propagarse enfermedades como la chikungunya o el dengue.
 
Sostuvo que representantes de los Comedores Económicos solo han visitado algunas comunidades, olvidando las familias que no tienen casa ni mucho menos cómo preparar sus alimentos.
 
“Te puedo citar el Callejón de Dios y el Callejón Puerto Rico, donde no ha llegado ninguna ración de comida y aunque la mayoría de las familias ha ocupado lo poco que le quedó de su vivienda, no tienen estufa, ni utensilios porque todo se lo llevó la embravecida corriente de la cañada”, explicó de la Cruz.
 
Asimismo, el señor Osvaldo Fortuna narró que el domingo 23 de agosto, a las 7:30 de la noche, luego de haber llovido incansablemente el sábado, la corriente de la cañada derribó un muro de contención y penetró a una de las calles concurridas de la barriada y arrastró una jeepeta con dos acompañantes, logrando salvar a uno. El otro está desaparecido.
 
“Ese domingo, entre relámpagos, truenos y la oscuridad de la noche, además de que no había luz eléctrica tuvimos que socorrer a más de 25 familias para que salvaran sus vidas, mientras que sus pertenencias eran arrastradas por el desfiladero”, relata Fortuna.
 
Agregó que esto sucedió solo con un día de agua, por lo que un fenómeno natural más fuerte provocaría un desastre humano mucho mayor.
 
Soluciones
 
Los residentes de los distintos sectores involucrados piden a las autoridades de Obras Públicas y Comunicaciones sanear la cañada y levantar muros que impidan que la corriente penetre en las casas.
 
Mientras que a Salud Pública le corresponde enviar brigadas de trabajadores para que fumiguen y orienten a esa población sobre las medidas que deben tomar, a fin de eliminar los criaderos de mosquitos y otras afecciones cutáneas como salpullidos y erupciones producto de las aguas negras.

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