La soga parte por lo débil…

Todavía duele la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), que declara culpable al Estado dominicano por deportaciones masivas de haitianos; mientras que España, Francia y ni hablar de los Estados Unidos, imponen sus reglas sin que la corte se entere o se hace la desentendida.

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