Grupos de manifestantes chocaron el jueves con policías antidisturbios en el histórico centro de Ciudad de México, al final de una marcha masiva para protestar por la desaparición de 43 estudiantes que ha causado indignación en un país golpeado por la violencia del narcotráfico.
Imágenes de la televisión local mostraban a algunos manifestantes arrojando objetos en llamas y golpeando con palos los escudos de los policías, que se alineaban frente al Palacio Nacional, sede de la Secretaría de Hacienda y de actos oficiales del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Posteriormente los policías se desplegaron para despejar la vasta plaza central de la ciudad, el Zócalo, de los manifestantes, mostraron medios locales. No hubo de inmediato reportes de lesionados.
Las protestas por los 43 estudiantes de magisterio en México, desaparecidos desde septiembre y que podrían haber sido masacrados por narcotraficantes en complicidad con autoridades locales, han escalado en las últimas semanas a medida que el caso se ha vuelto bandera de los mexicanos hartos de la violencia y la impunidad.
La manifestación en el Zócalo ocurrió al final de tres marchas que recorrieron la capital del país y se había desarrollado casi por completo en calma.
A principios de mes, otra protesta por el caso en el Zócalo culminó con un grupo de manifestantes golpeando y prendiendo fuego a las puertas del Palacio Nacional.
«Yo vengo porque no quiero que esto le vaya a pasar a mi hija», dijo Alma Hernández, una trabajadora de 30 años, quien llevaba a su hija de seis años en la manifestación.
Más temprano, un grupo de manifestantes encapuchados lanzó piedras, cohetes y cócteles molotov a policías cerca del aeropuerto de la ciudad, al que los protestantes presuntamente buscaban llegar, sin que se reportaran lesionados.
Mientras las movilizaciones se extienden a otros estados, incluso a otros países, los padres de los estudiantes han expresado su desconfianza por los resultados que les ha entregado la fiscalía federal.
