Educación y seguridad, los retos para el presidente electo de Uruguay

Tabaré Vázquez, que a partir de marzo encabezará el tercer mandato consecutivo de la izquierda en Uruguay, deberá enfrentar problemas en educación y seguridad para satisfacer a un electorado que le ofreció un amplio apoyo, pero que reclama mejoras.
 
Sin perder tiempo, deberá lidiar con la reforma de un sistema educativo con una alta tasa de repetición y que ha caído en el ranking internacional de las pruebas PISA.
 
Además tiene que atender la creciente percepción de inseguridad pública, la más alta de América Latina después de la de Venezuela, según Latinobarómetro.
 
Para lograrlo deberá tejer alianzas con sus opositores, según la analista política Teresa Herrera, directora de la consultora Teresa Herrera y Asociados.
 
Reconocido por ser un eficaz administrador, el presidente electo dijo tras su triunfo que buscará las vías para integrar en su gestión a la oposición, el empresariado y las diversas organizaciones no gubernamentales que representan intereses sociales.
 
Vázquez, quien venció el domingo a su rival conservador Luis Lacalle Pou por un amplio margen, tiene una ambiciosa agenda.
 
El presidente electo, que ya gobernó al país entre 2005 y 2010, planea elevar el presupuesto para educación de un 4,5 a un 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de 55.000 millones de dólares, así como otorgar becas estatales a estudiantes de clase baja para que accedan a la educación privada.
 
La reforma será financiada en parte con un impuesto que deberán pagar los grandes terratenientes, sin excepción, y del que estaban exentos hasta ahora, algo que ya ha despertado críticas de gremios de educación y de la oposición.

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