Cuando vamos a levantar algo del suelo, si pasamos muchas horas sentados en la misma posición o tenemos que trabajar de pie todo el día, se convierten en acciones que dañan o perjudican a la columna vertebral. Por ello, de más está decir que es imprescindible aprender a cuidar la salud de la espalda, un área muy importante de nuestro cuerpo y a la vez, muy sensible.
Comprendiendo el funcionamiento de la espalda
No hace falta explicar que la columna vertebral es nuestro sostén y equilibrio, por ello resulta vital cuidarla. Para ello, es preciso primero comprender que está formada por diferentes sectores, cada uno con sus características. De arriba hacia abajo encontramos:
Cervical. Está formada por siete vértebras que comienzan en la base del cráneo y se extienden hasta la altura de los hombros. Tiene forma convexa y puede ejercer diferentes movimientos, es lo que más suele dañarse con las malas posturas o el trabajo en el ordenador.
Dorsal o torácica. Está compuesta por doce vértebras, va desde los hombros hasta la cintura, por toda la espalda, prácticamente. Es de forma cóncava y tiene menor movilidad que la anterior.
Lumbar. Tiene cinco vértebras y se coloca en la parte inferior de la espalda. Es de forma convexa y es una región muy vulnerable, en segundo lugar de las consultas actuales pero a la que más debemos prestar atención.
Sacra. Compuesta por cuatro vértebras, las cuáles están soldadas formando el sacro. En el extremo final de la columna se ubica el cóccix.
La postura ideal de la espalda es: cabeza alineada con la pelvis; los hombros se relajan y quedan en línea, el pecho se abre hacia adelante y hay una pequeña curva en la zona lumbar. El abdomen queda plano, las rodillas no reciben tensión y en peso del cuerpo va directo a los empeines de los pies.
