El presidente de México, Enrique Peña Nieto, anunció una investigación para determinar si hubo conflicto de interés en la compra de una de sus casas, una de su esposa y otra de su secretario de Hacienda a contratistas del Gobierno, intentando aplacar el escándalo que ha rodeado las adquisiciones.
Peña y su esposa, la ex actriz Angélica Rivera, han estado bajo duras críticas después de que se conoció que una mansión de la primera dama era propiedad de una subsidiaria del Grupo Higa, que recientemente ganó una multimillonaria licitación para un tren de alta velocidad, que terminó siendo anulada.
Hace pocos días, el diario The Wall Street Journal reveló que a pocas semanas de asumir como Gobernador del Estado de México (2005-2011), Peña compró una propiedad en un exclusivo club de golf a un empresario que había sido beneficiado con contratos estatales y federales.
Pero el mandatario negó algún conflicto en la compra de sus inmuebles. «Soy consciente de que los señalamientos realizados generaron la apariencia de algo indebido, algo que en realidad no ocurrió», dijo Peña en un mensaje a medios de comunicación.
En México la corrupción está muy extendida y es común que funcionarios reciban «favores» a cambio de otorgar millonarios proyectos de obra pública.
El presidente nombró a un nuevo secretario de la Función Pública, uno de los pocos organismos dedicados controlar a los servidores públicos. El flamante secretario, Virgilio Andrade, ahora será el encargado de investigar a su propio jefe.
Después de su discurso, Andrade precisó en una entrevista radial que su secretaría (SFP) no revisará solo la compra y venta de casas, sino el conjunto de contratos que particulares hicieron con el Gobierno federal.
El funcionario no fue claro al responder si habría consecuencias para el presidente o su secretario de Hacienda si su dependencia determinara que incurrieron en conflictos de interés.