Los líderes de Francia, Alemania, Rusia y Ucrania tenían previsto asistir este miércoles a una cumbre de paz, pero separatistas ucranianos pro rusos reducían la probabilidad de un acuerdo al lanzar algunos de los peores ataques de la guerra contra una guarnición del Gobierno.
Kiev dijo que 19 de sus soldados murieron en un día de ataques separatistas pro rusos a una única localidad cerca del centro ferroviario de Debaltseve, una de las peores pérdidas reportadas en nueve meses de guerra.
Los rebeldes, que pusieron fin a una tregua de cinco meses en enero, están tratando de rodear a las fuerzas del Gobierno en Debaltseve, un punto estratégico que les permitiría unir sus dos principales bastiones.
La cumbre en la vecina Bielorrusa debatirá una propuesta franco-alemana para tratar de detener los enfrentamientos. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, se reunirán con sus pares de Ucrania, Petro Poroshenko, y de Rusia, Vladimir Putin.
Las esperanzas de un avance son pocas y los funcionarios europeos reconocen que es improbable que los rebeldes acepten detenerse y regresar a sus posiciones previas.
Una intensificación en los combates en las 24 horas previas a la cumbre, incluyendo un ataque con misiles que dejó 11 muertos el martes en territorio controlado por el Gobierno, podría buscar forzar a Poroshenko a aceptar un acuerdo que reconozca el avance rebelde.
Horas antes de que las conversaciones comenzaran, los funcionarios seguían hablando de la posibilidad de que la reunión se cancelara.
«Hay muchos problemas que aún deben ser resueltos (…) pero es muy probable que siga adelante», dijo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, a radio France Inter.
