El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reiteró aquí su pedido a que Iraq y Kuwait solucionen temas pendientes desde la invasión a este emirato, en 1990, incluido el de los kuwaitíes desaparecidos.
Ban, quien hizo ese planteamiento ayer durante su visita oficial a Iraq, lo repitió en esta capital durante un encuentro con el primer viceprimer ministro y ministro de Relaciones de Kuwait, jeque Sabah Khaled Al-Hamad Al-Sabah.
El jefe de la ONU llegó anoche al emirato para asistir este martes a la tercera conferencia internacional de donantes para los afectados por la guerra en Siria.
Según expresó, se requiere más progreso en el tema de las personas kuwaitíes desaparecidas y respecto al archivo nacional kuwaití que fue robado durante la invasión de Iraq a este país en 1990, temas a los que la ONU da seguimiento con sus respectivas agencias especializadas.
Ban aseguró que esos temas estuvieron incluidos en sus conversaciones con las autoridades iraquíes en Bagdad, en particular con el primer ministro Haider Al-Abadi, el canciller Ibrahim Al-Jaafari, y el presidente del parlamento, Salim Al-Jubouri, entre otras autoridades.
En diálogo con sus anfitriones kuwaitíes también encomió la disposición del gobierno de este país y del iraquí por trabajar «continua y proactivamente» para fortalecer los lazos bilaterales dañados a raíz de la incursión militar lanzada bajo el mandato del ya fallecido Saddam Hussein.
La invasión iraquí a Kuwait propició la intervención de Estados Unidos en el conflicto junto a otras 33 naciones, y desató la conocida como Primera Guerra del Golfo (2 de agosto de 1990 a 28 de febrero de 1991) con el argumento de poner fin a la usurpación y anexión del emirato.
Amparada por una resolución de la ONU, la beligerancia -bautizada por Washington como Operación Tormenta del Desierto y por Bagdad como la Madre de todas las batallas- le aseguró a la Casa Blanca afianzar su influencia en la región del golfo Pérsico, rica en recursos petroleros.
