La Cámara baja estadounidense pretende volver a debatir un proyecto de ley torpedeado la semana pasada por los demócratas, y que permitiría a la administración del presidente Barack Obama agilizar la firma de acuerdos comerciales internacionales.
El viernes fue denegado por 126 a 302 votos el programa Trade Adjustment Assistance (Asistencia para Ajustes Comerciales, TAA), con 144 sufragios negativos de los demócratas que intentan minar la agenda comercial de Obama.
Incluso la líder de la minoría demócrata en esa instancia, Nancy Pelosi, participó del golpe contra las esperanzas del gobernante.
La Casa Blanca aboga por la aprobación de una «vía rápida» (Autoridad de Promoción del Comercio) que permitiría agilizar la concreción, por ejemplo, del controversial Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y del Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión con Europa.
Los demócratas se han mostrado reacios a darle un instrumento para pactar sin demasiado trámite al mandatario, puesto que diferentes sectores consideran que el TPP, entre otros elementos, perjudicaría la situación de los trabajadores en Norteamérica y pudiera incrementar los efectos negativos sobre el medio ambiente.
Pese al lobby puesto en marcha por la Casa Blanca, el paquete comercial -ya aprobado en el Senado- sigue siendo mal visto por los del llamado partido azul y será sometido probablemente a renovadas negociaciones en la Cámara baja.
Este lunes el líder de la mayoría en la Cámara baja, Kevin McCarthy, esquivó varias veces preguntas sobre los próximos pasos del Partido Republicano sobre el asunto, si bien alertó que el tiempo se está acabando.
Según McCarthy, todavía existen opciones a tener en cuenta para avanzar en la aprobación de la iniciativa, pero no quiso dar más detalles, indicó el diario digital The Hill.
El sábado, Obama llamó a los legisladores a reconsiderar su oposición al TAA, diseñado para ayudar a trabajadores desplazados por eventuales pactos internacionales.
Por el bien de los trabajadores, sus familias y sus comunidades, insto a miembros del Congreso que votaron en contra de TAA a reconsiderar y defender a trabajadores estadounidenses, expresó el líder del Ejecutivo en su mensaje semanal por radio e Internet.
Un fracaso del paquete comercial de la Casa Blanca no solo ralentizaría los pasos para integrar y poner en marcha el TPP -que incluye a una docena de naciones de la cuenca del Pacífico-, sino que colocaría a Estados Unidos en una posición más frágil ante sus contrapartes.
El revés del pasado viernes tiene amplia repercusión interna debido a las evidentes disonancias entre Obama y sus correligionarios, a lo cual se suma el gran monto de capital político invertido por la administración para promover y echar adelante sus proyectos de comercio exterior.
Analistas consideran poco probable que el mismo proyecto de TAA avance en una nueva votación durante los próximos días.




