Al rojo vivo división interna partido gobernante paraguayo

Asunción.- La polémica interna que mantiene dividido al gobernante Partido Colorado paraguayo se profundizó con una dura intervención pública del presidente Horacio Cartes que pareció eliminar toda reconciliación con el sector disidente.
 
Por primera vez desde que un grupo de 15 senadores de esa organización se rebelaran contra lo considerado por ellos imposiciones de Cartes al Partido y al Congreso, el mandatario calificó a sus miembros de traidores y negó posibles arreglos futuros.
 
Los pronunciamientos de Cartes fueron hechos en un acto público y estuvieron acompañados con la destitución de Carlos Santacruz, asesor de la Entidad Binacional Yaciretá y la aceptación de la «renuncia» de Luis Bogado, ministro de la Secretaría de Repatriados.
 
Esos dos funcionarios son cercanos al grupo G-15 integrado por el mismo número de senadores disidentes y su sustitución fue considerada por éstos últimos como parte de la persecución oficial a quienes piensan diferente al jefe de Estado.
 
En realidad, la dura reacción de Cartes, quien también atacó a otros de los miembros el G-15, constituyó una reacción al golpe recibido con la designación de una mesa directiva del Senado y por ende del Congreso ahora dominada por quienes le adversan.
 
El control del Senado por sus oponentes complicó aún más las dificultades oficiales para aprobar un paquete de leyes enviado por Cartes, el cual incluye aprobación de nuevos préstamos y aplicación definitiva de la privatizadora Ley de Alianza Público-Privada.
 
La preocupación es aun mayor por la coincidencia del G-15 con la multibancada, integrada por el Frente Guasau y otros partidos progresistas en una agenda parlamentaria que, de aprobarse como fue anunciada, implicará mayores dolores de cabeza para Cartes.

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