La falta de la proteína kinasa 1, similar al receptor de activina (ALK-1), induce hipertensión en ratones de acuerdo con una investigación coordinada por el catedrático de Fisiología de la Universidad de Salamanca José Miguel López Novoa, en España. Estos resultados constituyen una novedosa vía de regulación de la presión arterial nunca descrita hasta ahora y acaban de ser recogidos por la reconocida revista Diseases Models and Mechanisms en su número de noviembre.
La hipertensión es uno de los mayores factores de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares graves y sus causas son muy complejas y variadas. En este sentido, el trabajo desarrollado por un consorcio de investigadores compuesto por científicos del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca y de diferentes grupos del Instituto de Investigaciones Sanitarias de Salamanca (IBSAL) ha permito describir un modelo nuevo que podría servir de base experimental para estudiar mejor los mecanismos responsables de la hipertensión de aquellos pacientes a los que no les baja la presión arterial por la noche, y sobre ello, diseñar estrategias farmacológicas para su tratamiento, según la información de la Universidad de Salamanca recogida por DiCYT.
«Observamos que los ratones que tienen una baja cantidad de ALK-1 tienen la presión arterial más alta que aquellos con niveles normales de esta proteína y que, además, la presión arterial no les baja por el día, como ocurre en un tipo de pacientes hipertensos en los que la presión arterial no les baja por la noche y que tienen un alto riesgo cardiovascular”, explica López Novoa. Además, “su función cardiaca y renal es normal y la actividad de los mecanismos de control más comunes y mejor conocidos de la presión arterial son también normales, pero se observa una hiperactivación del sistema nervioso simpático”, continúa el catedrático.
Tras la administración intracerebral de un fármaco que bloquea el sistema renina-angiotensina (losartán) los investigadores pudieron constatar que disminuyó mucho más la presión arterial en estos animales. Este hecho «nos hizo pensar que el sistema renina-angiotensina cerebral estaba involucrado en el aumento de la presión arterial», subraya López Novoa. Además, «observamos que el número de neuronas colinérgicas en ciertas zonas del cerebro estaba disminuida».
«Ya se sabía que la maduración de las neuronas colinérgicas depende de moléculas que señalizan a través de ALK-1, que es la molécula objeto de nuestro estudio. Como la activación de ALK-1 es un regulador básico de la supervivencia y diferenciación de las neuronas colinérgicas, esta vía de regulación podría ser un objetivo terapéutico para el control de la hipertensión”, determina el científico. (Fuente: USAL/DICYT). Tomado de noticiasdelaciencia.com
Mayor riesgo de sufrir diabetes por dormir poco
Una falta de horas de sueño suficientes reduce la sensibilidad del cuerpo a la insulina, perjudicando la capacidad de regular el azúcar en sangre e incrementando el riesgo de padecer diabetes, según confirman los resultados de una investigación reciente.
El nuevo estudio, realizado por expertos de la Universidad de Colorado (campus de medicina de Anschutz, y campus de Boulder), se suma así a otros, cada vez más numerosos, que relacionan el dormir poco con una serie de enfermedades, incluyendo la obesidad, el síndrome metabólico, alteraciones del estado de ánimo, deterioro cognitivo y otras.
El equipo de Kenneth Wright Jr. ha comprobado que cuando las personas duermen demasiado poco, y por tanto ello las deja despiertas en momentos en los que su reloj corporal les está diciendo que deberían estar durmiendo (por ejemplo de noche si es durante ella cuando suelen dormir), ello hace que cuando comen algo por la mañana, su cuerpo experimente dificultades para regular sus niveles de azúcar en sangre.
El equipo de Wright y del endocrinólogo Robert Eckel examinó en el transcurso del estudio a 16 hombres y mujeres sanos.
La mitad de los sujetos de estudio durmieron inicialmente hasta cinco horas por noche durante cinco días para simular una semana laboral que por desgracia es normal para no poca gente en cuanto a dormir poco.
Dormir las horas necesarias ayuda a prevenir muchos problemas de salud
Después durmieron hasta nueve horas por noche durante cinco días. La otra mitad siguió el procedimiento en orden inverso.
Unos análisis de sangre mostraron más tarde que aquellos que estaban en el periodo en que dormían cinco horas por noche tenían una sensibilidad reducida ante la insulina, una circunstancia que con el tiempo puede incrementar el riesgo de padecer diabetes.
En cambio, en el periodo en que los sujetos estaban durmiendo nueve horas por noche, la sensibilidad a la insulina oral retornó a la normalidad. Sin embargo, no hubo tiempo suficiente para recuperar la sensibilidad a la insulina intravenosa hasta los niveles normales adecuados. noticiasdelaciencia.com