Una reflexión navideña

Aunque todos conocen la línea “editorial” de esta columna, la época y los hechos me llaman a llevarles esta “reflexión navideña”… Y es que hay que preguntar una y otra vez que: ¿ si hay un quinto mandamiento de la Ley de Dios que dice: «NO MATARAS», ¿por qué lo desobedecemos tan fácil?… El martes quedé muy alegre y tocado cuando el amigo, colega y tocayo Bienvenido Rojas me dijo “estoy casi casi siguiendo tus pasos”, o sea, de aceptar a Cristo… Y digo alegre, porque sé que un paso así provocaría una gran fiesta en el Cielo, ya Dios lo ama, al igual que a tí… Esta muerte de mi amigo “Juancito” debe tocar a mucha gente, debe decirles que tus posesiones terrenales son secundarias frente a lo espiritual, porque uno nunca sabe cuando dejará este mundo…  Estoy llorando como un niño escribiendo esta columna, a través de la cual te pido que duermas menos y sueñes más, que ore, que ante tanto irrespeto por la vida de los demás hagas tuyo el Salmos 35… Que saques de su lenguaje la frase fatal de: “ya yo toy’ pago” como una licencia para hacer lo que te de tu gana… Hay que dejar pasar, hay que estacionarse a la derecha y contar hasta 20 cuando alguien nos hace algo malo, debemos relajarnos, esa arma de fuego déjela en tu casa… Sabemos que hay muchas cosas que nos cargan, sabemos que hay amigos (as) que nos traicionan, pero a todo eso respondamos con oración, démosle gracias a Dios por haberlos desenmascarado a tiempo, no nos amarguemos,  démosle tiempo de calidad a la familia, dígales que los ama, no presuma que ellos lo saben, dígaselo, no diga todo lo que piensa, pero piense todo lo que diga… Haga esa llamada al  amigo (a), pida perdón, piense que el dinero no lo es todo, piense que no se llevará ni uno cuando muera…. ¡Gloria a Dios!

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