Lo que se sabe de la supuesta masacre de 28 mineros en Venezuela

Los familiares de los desaparecidos llevan tres días protestando en la carretera que conecta al país con el sur de Bolívar y Brasil.
 
«Acá llegaron una cantidad de mineros baleados, apuñalados, golpeados, que habían logrado escapar de la masacre».
 
Son palabras de un doctor que estaba de guardia en el Hospital José Gregorio Hernández de Tumeremo, en el sureste venezolano, el viernes 4 de marzo, cuando según familiares 28 mineros murieron en una masacre en una mina de oro llamada Atenas.
 
«Los cuerpos de los muertos nunca llegaron a la morgue, parece que los botaron en fosas comunes (…). Lo que nos dijeron los testigos fue que los atacaron miembros del sindicato», le dijo el internista a BBC Mundo.
 
La versión del doctor, que pidió no revelar su identidad por temor a represalias, coincide con la de los familiares de las supuestas víctimas, quienes duraron varios días movilizados en la principal carretera del estado Bolívar, la Troncal 10.
 
«Estamos exigiendo que aparezcan los cuerpos estén como estén (…). Yo quiero saber dónde está mi marido», le dijo a BBC Mundo, Karen Páez, esposa de uno de los desaparecidos, desde la protesta en Tumeremo.
 
El lunes, después de diez días de debate político e investigaciones, la Fiscalía anunció el hallazgo de 17 cuerpos de los 21 desaparecidos que dice haber identificado.
 
Muchos, tanto venezolanos como extranjeros, han llegado recientemente a la zona a vivir de la minería ilegal
 
No es la primera vez que se reporta un asesinato en las minas de oro del sureste de Venezuela: cada tanto se sabe de alguno de ellos en medio de una anárquica guerra entre bandas armadas, indígenas y mineros que buscan sacar provecho de una de las zonas más ricas en minerales del mundo.
 
Esta vez, sin embargo, la cantidad de muertos –las denuncias hablan de 28, pero la Fiscalía de 21– y la indignación de los familiares de las víctimas pusieron los ojos de los venezolanos en un remoto territorio que para muchos lleva años abandonado por el Estado.
 
En los últimos años la minería ilegal en Bolívar se ha disparado, en parte por la consolidación de bandas armadas, por el aumento del precio de los minerales y por la crisis económica del país.
 
Qué dicen las autoridades
Aunque varios altos funcionarios del gobierno apuntaron a que las desapariciones fueron producto de un enfrentamiento entre bandas, la fiscal, Luisa Ortega Díaz, dijo que aún no se conoce una versión concreta.
 
Inicialmente, el gobernador de Bolívar, el oficialista Francisco Rangel Gómez, negó las denuncias sobre las desapariciones y dijo que se trataba de un «show mediático» de la oposición venezolana.
 
Luego el Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y varias otras entidades del Estado llevaron a cabo un operativo en el que participaron más de 1.000 funcionarios.
 
Las autoridades aseguraron haber visitado incluso la mina donde supuestamente ocurrió la masacre.
 
La fiscal anunció que presentarán ante la justicia a una persona de nacionalidad ecuatoriana que está detenida, y dijo que solicitarán nuevas detenciones.
 
El sur de Bolívar es una de las zonas más ricas en minerales, sobre todo de oro, en el mundo.
 
«Buscan desprestigiar»
Pero Páez, que desde la protesta en la Troncal 10 dijo estar «confundida», desconfía de las autoridades, a quienes acusa de querer «apoderarse de las minas».
 
«Los guardias (nacionales) son los que menos prestan apoyo. Ellos están tranquilos, no fueron a la mina, dijeron que no pasó nada», denunció pocos días después de las desapariciones.
 
«Incluso (los testigos) nos han dicho que funcionarios de inteligencia y la política estaban custodiando la zona mientras se producía la masacre», le dijo Páez a BBC Mundo.
 
El gobernador Rangel Gómez –quien fue uno de los militares más cercanos al expresidente Hugo Chávez– ha rechazado estas versiones, que según él «buscan desprestigiar» a las fuerzas de seguridad como parte de una guerra mediática en contra de la revolución bolivariana.
 
Anarquía en una tierra prometida
Los críticos de Gómez han denunciado incluso en debates en la Asamblea Nacional la compleja situación de las minas del sur de Bolívar, donde miles de mineros que vienen de toda Venezuela y de países vecinos se han ido acumulando durante los últimos años tras el aumento del precio de los minerales y la crisis económica venezolana.
 
Con un día de trabajo un minero de Bolívar produce el mismo dinero que gana un pro

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