Especial para adolescentes
Hoy se cumplen exactamente 57 años de la llegada a Constanza; el primero de tres contingentes de expedicionarios, conocidos como la Raza Inmortal, que habían partido del campamento de Mil Cumbres en la región occidental de Cuba, con el apoyo de la recién triunfante revolución cubana.
Una semana después llegaban por Estero Hondo y Maimón otros dos grupos que completarían casi 200 combatientes, algunos de ellos nativos de varios países.
Las expediciones fueron coordinadas por el Movimiento de Liberación Dominicana, MLD, primando un amplio pluralismo ideológico y político.
Aunque el derrocamiento de Trujillo y de su régimen tiránico fue el objetivo fundamental de la gesta, los revolucionarios trajeron en sus mochilas el programa de cambios políticos, sociales, económicos y culturales a ejecutar en la perspectiva de asumir el poder.
Durante medio siglo, la partidocracia que secuestró el país desde el primer gobierno de Balaguer, echó por tierra los ideales programáticos de la Raza Inmortal, como la institucionalidad, las transformaciones sociales y respeto absoluto a los derechos ciudadanos.
Ninguno de los partidos, llamados “mayoritarios”, puede ser exonerado de responsabilidad en el secuestro del país. Pero el de mayor acumulo de bellaquerías hasta el presente es el PLD.
(Hoy 14 de Junio serán celebrados actos conmemorativos en múltiples provincias y municipios, uno de ellos convocado para esta tarde en la calle El Conde esquina Hostos, justo donde estuvo la sede nacional del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, 1J4).
El segundo tema es la inaugurada Asamblea de la OEA en esta capital.
Ni los organizadores pueden alegar inocencia, aunque la fecha fuera fijada hace más de un año.
No hay indulto ni absolución de culpas para la OEA por su complicidad mayúscula con Estados Unidos en ese crimen de lesa humanidad que costó la vida a más de cinco mil dominicanos.
La OEA sigue como un barco a la deriva.
Sus observadores en las recientes elecciones no pueden ignorar el cúmulo de travesuras fraudulentas del oficialismo para asegurar el poder, sumadas al plan con los recursos del Estado para inducir el voto mediante programas y ataduras como la llamada “Solidaridad”.
