Como un total desconocido saltará al encordado en los Juegos Olímpicos, tal como lo hiciera su homónimo hace 56 años, pero la gran diferencia radica en la trascendencia de su nombre: el del más grande de todos los tiempos.
No podría haber mayor peso sobre los hombros de un joven nacido el 20 de junio de 1996, pero que a diferencia del mejor boxeador de la historia, competirá en la categoría mosca, mientras que la leyenda lo hizo antes de la fama y la fortuna entre los Semipesados.
El nombre de Muhammad Ali volverá a ser anunciado por el sonido local, sólo que ahora corresponde a un púgil británico que se entrena junto a Amir Khan, y que tiene ante sí la oportunidad de comprobar su valía e independizar su historia.
Su principal testigo es el más reciente rival del ‘Canelo’ Álvarez, quien vislumbra ya a una futura estrella, y quizá, una de las principales apuestas a futuro para el deporte de la Gran Bretaña, que hoy confía en un joven blanco, delgado y de cejas pronunciadas.
«Muhammad ya ha llamado mi atención. Tiene mucho talento y ha logrado bastante a una edad temprana. Se siguen produciendo grandes boxeadores amateur en el país, y él podría ser el último, que viene a través del tiempo, para ir a Río y convertirse en un gran éxito», aseguró Khan hace poco más de un año.
Como si el nombre atrajera el destino, el joven Ali mantiene latente la hazaña de emular a dos de sus más grandes héroes, el originario de Louisville Kentucky, ganador del Oro en Roma 1960, y a su compañero y colega, conquistador de la Plata en Atenas 2004, cuando tenía apenas 17 años.
