¿Cómo puedo alcanzar la salud del alma?,¿Soy capaz de resolver mis dificultades, mis crisis?, ¿merezco la forma en que estoy viviendo?, ¿ser una víctima o una persona ganadora es mi decisión?. ¿Somos lo que creemos?, ¿se lo que quiero en la vida?. Para encontrar respuestas es necesario hacer profunda reflexión y diálogo interno.
“Cada vez que resolvemos un conflicto, una crisis personal, nos sentimos más fuertes y en condición de recorrer caminos de crecimiento”. Esto así, porque las almas en conflicto nos hacen vulnerables y permite que desarrollemos enfermedades.
El cuerpo sufre como consecuencia de una agresión interna o externa, y eso repercute en la poderosa fuerza del alma. En cambio el alma capaz de vibrar ante los sucesos de la vida y crecer ante ellos, ayuda al cuerpo a recuperarse totalmente.
Recordar que en este caso, entendemos por alma, “al espacio donde los pensamientos, sentimientos y nuestra motivación se desarrollan e interactúan entre sí, reflejando bienestar sobre el cuerpo y el espíritu”.
Por ello, es necesario apartar de nuestras vidas la ira, emociones negativas, apropiarnos de las dificultades, como forma de solucionarlas. Sacar el miedo, enojo, tristeza, culpa y la desesperanza, búsqueda siempre de aprobación, importantizar demasiado el juicio de los demás…
Esto solo nos guía a ansiedad, desánimo, sentimiento de inferioridad, vergüenza, rechazo…, a agotamiento psicofísico. Aprendamos a manejar nuestro tiempo y a decir no. En ese sentido, es propicio revalorizar nuestras emociones para superar inseguridades.
Entender que en cada crisis hay una lección que aprender. Por eso, se recomienda no reprimir nuestros sentimientos, el contrario, jerarquizarlos para fortalecer la identidad. Porque, las emociones indican necesidades. iSeamos protagonistas de nuestra historia!.
Una crisis puede ser una oportunidad. “El fin puede ser el principio…, vivir cada acontecimiento, cada adversidad como una que nos libera de carga negativa”. La recomendación es detenernos y hacer un balance de lo que nos está pasando. Identificar qué necesitamos para llegar a alcanzar nuestro bienestar. En otras palabras, cambiar el color de nuestra vida actual y lo que es importante para la vida futura.
Para alcanzar este nivel hay que desprenderse de etiquetas del pasado que nos clasifican en distintos grupos, y guiar nuestra transformación desde el lenguaje. Recordar que la solución viene con el problema, pero somos lo que creemos ser. Por tanto, nuestro punto débil puede ser nuestra fuerza.
La autoestima es un instrumento fundamental para nuestro bienestar. Platón, filósofo fundador de la Academia, decía que: “la primera y mejor de las victorias es la conquista de uno mismo”.
Entonces, respetemos nuestro valor, dignidad humana, sentimientos benignos, valor personal…, creamos en nosotros. Ese es el instrumento de lucha en la vida, si queremos bienestar. “Seamos dignos de nuestro propio ojos”. Nada llega solo o sin esfuerzos.
Esto es estimular cada aspecto positivos de poseemos. La acción es parte de la escuela de la vida. No esperemos hacernos expertos en algo para accionar. Es necesario confiar en nuestra capacidad para lograr acceder al bienestar, aunque los vientos soplen en contra. Jamás olvidar que: “el camino del éxito está empedrado de fracasos”.
Mientras nos exigimos, seamos benévolos con nosotros mismos. Viajemos a las profundidades de nuestro ser. Evaluemos el pasado desde la clemencia. Podemos cambiar en todas las áreas de nuestra vidas que nos propongamos hacerlo. “Los juncos no se quiebran”.
Tenemos derecho y somos responsables de vivir con bienestar: Para ello, es necesario establecer límites, físicos y emocionales. “El mundo respeta nuestros límites si le indicamos dónde están”. Cuidemos nuestro cuerpo y mente diariamente, además, démonos permiso para equivocarnos. Este paso puede llevarnos a obtener autonomía y el anhelado bienestar.
“No poseo la belleza de la perfección, la fuerza de la sabiduría, la mirada del conocimiento. Solo poseo el suave susurro… de la esperanza”, afirma la poeta, autora e ilustradora de libros infantiles, Joan Walsh Anglund.
En síntesis este análisis al libro de Walter Dresel, Toma un café Contigo mismo: la importancia del encuentro con la autoestima como clave del éxito en la vida, nos asegura que cada fracaso o periodos de alta conflictividad nos llevan a volvernos hacia nuestro interior, y esto a su vez a que recuperemos la confianza. A despedirnos del pasado y aprender a pedir apoyo. Agradecer, reconocer méritos, a gratificarnos…, al autoconocimiento: el mayor logro.
Conscientes ahora de que la perfección no es la excelencia, pese a que procuramos hacer siempre todo de la mejor forma posible. Pero ahora, cultivando la paciencia, dejando atrás querer siempre tener la razón. Para vivir cada etapa, incluso, parar para poder continuar, siempre abrazados del diálogo y la autoevaluación.
Esto es, crecer de adentro hacia afuera, desde la fuerza que nos impulsa; un viaje hacia la luz, desde la humildad, entendiendo las fuerzas que nos rodean, siempre enfocados en lo que anhelamos. Sencillamente, poner fin a cada conflicto que hayamos tenido en la vida. “Para encontrar hay que buscar”, así cosechamos libertad.
Hay que sonreír y evitar emociones negativas, arriesgarnos, mostrar a quienes amamos, nuestra nueva imagen, y amar el valor de nuestra propia compañía: tener una agenda consigo mismo, porque ahora tenemos fe, esperanza, compromiso y entrega total.
Bien afirmó el Premio Nobel de Literatura, George Bernard Shaw, “la gente que avanza en este mundo es la que persigue y busca las circunstancias que desea, y si no las encuentra, las crea”. Un axioma entendido con claridad meridiana, porque una enfermedad solo se cura si se crea un diagnóstico certero. En ese símil hay que identificar que la vida es vivir. Como proceso conlleva problemas, dificultades y la necesidad de enfrentarlos.
Aun así, ella no es infinita, pero, merecemos vivirla en bienestar y felicidad. Confiados en un proceso que involucra voluntad, tolerancia, autocuidado diario, valentía, esfuerzos…, si deseamos éxitos. iTodos estamos en capacidad de realizar este verdadero ejercicio de vida!
Hasta la próxima entrega.
La autora reside en Santo Domingo
Es educadora, periodista, abogada y locutora.