Por Keegan Matheson/MLB.com @KeeganMatheson
La rotación de los Azulejos es el viejo quinteto confiable, compuesto por abridores veteranos que definen la palabra “consistencia”. Pero han necesitado algo más: dominio, alguien que vuelva a alzarse como el as indiscutido, el encargado de abrir una serie de postemporada. En la victoria del lunes por 4-1 sobre los Yankees en el Rogers Centre, Kevin Gausman demostró por qué siempre ha sido él.
Con la Fecha Límite de Cambios del 31 de julio acercándose, toda conversación sobre los Azulejos debe centrarse en su techo competitivo. Temporadas como esta son regalos poco comunes, una oportunidad inesperada para ser audaces en los momentos importantes. Toronto cuenta con profundidad y una base sólida, así que si va a buscar otro abridor, debe ser alguien con la capacidad de lanzar temprano en una serie de postemporada, no solo alguien que refuerce el fondo de la rotación. Todavía hay espacio para sumar, por supuesto, y millones de razones para hacerlo, pero Gausman acaba de demostrar que aún puede ser la figura principal en el escenario más grande del béisbol.
Desde el rival hasta la atmósfera y la actuación misma, este fue uno de los momentos más brillantes de Gausman con el uniforme de los Azulejos.
Para vencer a los Yankees, primero hay que derrotar al dragón. Aaron Judge puede cambiar el destino de un juego con un solo swing, pero Gausman lo dominó en dos turnos clave, antes y después de una base por bolas intencional perfectamente calculada. En esos enfrentamientos quedó claro por qué Gausman, más que cualquier otro lanzador en esta rotación, tiene la capacidad de adueñarse del juego.