“¿Imus ad principium?” ¿Volvemos al inicio?
Por: Claudia Fernández
La elección del nuevo Papa y el nombre León XIV, nos lleva a discernir el camino que llevará el cabeza de la iglesia católica.
Si por el nombre es, se espera que trate de lidiar con las tendencias autoritarias y despóticas de algunos gobiernos y gobernantes en esta mitad del siglo XXI y quizá enfrentar de manera unilateral la guerra económica que ya se nos viene encima.
De ser así, le esperan días difíciles, muy, muy difíciles, especialmente por los afanes de poder de las grandes potencias que se creen por encima del bien y del mal y ponen y disponen a su antojo.
Robert Francis Prevost, hoy León XIV, si como dicen y refieren conocedores de las interioridades vaticanas, deberá seguir los pasos de su antecesor homónimo, León XIII y su encíclica “Rerum Novarum” o ¿iniciaría una nueva vertiente eclesial capaz de frenar las apetencias de poder de potencias enfrentadas?
Los cambios en el seno del catolicismo a nivel mundial han impactado de manera directa en el accionar de millones de feligreses desde la famosa encíclica “Rerum Novarum”, escrita por León XIII en mayo de 1891, en la que expone la necesidad de establecer cambios sociales profundos, a raíz de la Revolución Industrial, surgida a finales del siglo XVIII.
Y ciertamente la “Rerum Novarum” –de cosas nuevas–, se convirtió en un referente universal en contra del industrialismo, pero también de las propuestas semi anárquicas que postulaban los socialistas, con Karl Marx a la cabeza, fue un llamado a la reflexión sobre la naturaleza humana y las necesidades del trabajador, sin dejar de criticar a ambas partes, capitalistas y socialistas, para reconocer que todos forman parte de la existencia. Fue el inicio de la revolución social en la iglesia católica.
A León XIV corresponde iniciar una nueva etapa papal, en la que, sin dudas, le tocará una dura tarea. Primer Papa estadounidense, crítico del accionar del presidente Donald Trump, quien, en un alarde de supremacía, envió, a su sitio web una imagen suya con las vestiduras papales, incluido el anillo y el dedo de la bendición suprema. ¿Se atreverá a enfrentar la megalómana esencia de Trump? ¿O se limitará a “sicut Semper”, lo mismo de siempre?
Insisto, ¿volverán nuevos aires a la iglesia católica?, evolucionada de cabo a rabo por Francisco I –Jorge Mario Bergoglio—primer papa latino y uno de los afectos del fallecido cabeza de la iglesia, o volvemos la vista atrás a “In principio tergum”, atrás al principio. No sabemos, pero lo cierto es que las esperanzas de millones de feligreses están puestas en León XIV, primer para norteamericano y segundo del continente americano.
¿Replanteará el papel de la iglesia en cuanto a los conflictos económicos que envuelven a la comunidad mundial? O retomará las bases de la IV Conferencia del Episcopado de América y el Caribe (CELAM), de 1992, ¿realizada en nuestro país?, cuyos mandatos quedaron encapsulados en el tiempo con el surgimiento de movimientos eclesiales de liberación, que se mantuvieron firmes durante un tiempo, y después se desinflaron.
“Imus ad principium?”, ¿volvemos al principio? Es muy pronto para adelantar respuestas, lo cierto es que el nombre elegido no deja dudas, ¿revolucionará en el contexto socio-político-económico mundial las ideas del nuevo purpurado? El mundo asiste a una revolución, ya no industrial, sino de poderes y poderosos. La guerra de los aranceles.
Todo está por verse y esperarse. “Et hic finio”, o lo que es lo mismo, aquí termino, por el momento, al menos.-panorama.com.do