Los ensayos también se produjeron dos días después de que Pyongyang dijera haber efectuado una prueba crucial necesaria para construir un misil balístico intercontinental de mayor movilidad y potencia, diseñado para alcanzar el territorio continental de Estados Unidos.
Los dos proyectiles salieron de la zona de Tongchagri, en el noroeste del país, recorrieron unos 500 kilómetros (310 millas) y alcanzaron una altitud máxima de 550 kilómetros (340 millas) antes de acabar en aguas entre la península de Corea y Japón, según los gobiernos japonés y surcoreano.
Los dos misiles se dispararon con un ángulo alto, según el ejército surcoreano, lo que indicaba que podrían haber llegado más lejos en una trayectoria estándar. Corea del Norte suele probar los misiles de medio y largo alcance con ángulos altos para evitar a los países vecinos, aunque en octubre lanzó un misil de alcance intermedio sobre Japón, lo que obligó a Tokio a emitir alertas de evacuación.