Por: Franklin R. Castillo
En mayo de este año, el presidente Luis Abinader dio a conocer al país el programa “Siembra RD”, dirigido a fortalecer y aumentar la producción local, y garantizar la seguridad alimentaria, como respuesta a la crisis mundial generada a raíz de la pandemia de la Covid-19, a la que nuestro país no escapa.
Aunque el tiempo es considerablemente corto, para ver resultados producto de las acciones que envuelve el referido programa, las expectativas creadas para enfrentar la crisis, no surtirá sus efectos tal como fue ideado.
“Siembra RD”, programa al que fue asignado un experimentado profesional del área agropecuaria, ingeniero Leonardo Faña, no ha ejecutado ni siquiera el 10 % de lo proyectado. No sabemos si es por falta de recursos o trámites burocrático.
El mismo se ejecuta a través del Ministerio de Agricultura e incluye la integración de los demás organismos estatales relacionado al sector, y contempla la incorporación a la producción de diferentes tipos de rubros, especialmente maíz, de unas 420 mil tareas diseminadas en todo el país.
Sólo en el proyecto Cruz de Manzanillo de la provincia de Montecristi, se proyectaba sembrar unas 16 mil tareas de maíz, y otras 10 mil de yuca y plátano y a la fecha no se ha sembrado ni un 20 por ciento, retraso atribuido por el ministro de Agricultura, Limber Cruz, a procedimientos administrativos que necesariamente hay que agotar, ya que, para adquirir maquinarias y equipos nuevos, se requiere de licitaciones, tal como lo establecen los organismos de control estatales.
De acuerdo al ingeniero Faña, “Siembra RD”, contribuirá en gran medida a abaratar el costo de los productos de mayor consumo en la población dominicana, y que el mismo no solo beneficiará a los consumidores, sino, que impactará directamente a los productores agrícolas, quienes tendrán acceso a préstamos con blandos intereses a través del Banco Agrícola.
Además, de que venderán sus productos a mejores precios, también disfrutarán de otras facilidades por medio del Instituto Agrario Dominicano (IAD), el Instituto de Recursos Hidráulicos (INDRHI), y el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA).
Sólo con el hecho de eliminar los intermediarios, y colocar esos productos en los mercados de productores y el Merca Santo Domingo, el gobierno dará oportuna respuesta a una de las necesidades más sentidas de la población dominicana, y consigo, un gran respaldo al productor nacional, ya que los productos llegan al consumidor excesivamente caros, y los comerciantes e intermediarios juegan con el sudor de los cientos de miles agricultores que ponen a parir la tierra.
Otra acción de importancia del referido programa, que reducirá significativamente la pérdida de productos que por el manejo inadecuado se convierten en desechos, y por ello la gran cantidad de basura en los mercados del país.
Entendemos que “Siembra RD” está en manos de la persona indicada, un gran conocedor del campo y de sus principales actores en las diferentes comunidades del país, pero se requiere de un apoyo firme y decidido tanto del ministro de Agricultura, como del propio presidente de la República.
El pueblo necesita comer, y como país tenemos que producir, sobre todo que contamos con las condiciones para cosechar la cantidad de alimentos que demanda la población dominicana, y en condiciones exportables en varios rubros.
Mientras más producimos, mayor independencia económica creamos, y en consecuencia menos divisas extranjeras necesitamos y nuestra economía se fortalece.