La Sección II de la Constitución de la República, sobre las atribuciones del Presidente dice: “La o el Presidente de la República dirige la política interior y exterior, la administración civil y militar, y es la autoridad suprema de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y los demás cuerpos de seguridad del Estado”.
Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana, en su artículo primero reza de la siguiente manera: “Las Fuerzas Armadas son esencialmente obedientes y apolíticas y no tiene, en ningún caso, facultad para deliberar. El objeto de su creación es defender la independencia e integridad de la República, mantener el orden público y sostener la Constitución y las Leyes”.
Los párrafos que anteceden son para recordar que los militares tienen un jefe supremo, que es el Presidente de la República, no importa el partido que esté gobernando en ese momento, porque los oficiales deben ser “esencialmente obedientes y apolíticos”.
En los últimos tiempos, este tipo de problemas está “acabando con las Fuerzas Armadas”, pues se están descalificando a oficiales con muchos méritos, por el hecho de que trabajaran en los gobiernos que dirigió un partido por 20 años de los últimos 24.
Una fuente de entero crédito y con conocimientos de causa usó términos beisboleros para ser más llano a la hora de explicar a los lectores de DominicanosHoy sobre la situación.
“Los militares son como los peloteros: juegan con el equipo que les de contrato y siempre tratan de batear más de 300 y dar 50 jonrones, para llegar al Salón de la Fama; siempre cumpliendo con los fundamentos del juego, aunque algunos usan esteroides y violan las reglas”, indica. Ya ahí vamos viendo que tratar de descalificar a un oficial militar porque ofreció sus servicios a un gobierno determinado en un error garrafal.
Añade que la “mayoría de los militares es gente trabajadora y honesta; pero que los que ensalivan la bola y usan sustancias prohibidas podrán llegar a Grandes Ligas; pero no al Salón de la Fama”, que es la meta de cada pelotero.
También se debe dejar de lado el viejo cliché de que los buenos eran de los otros gobiernos, como si estuviéramos en el año 1966 y el tiempo no haya transcurrido. El oficial militar o policial es un “soldado” y debe obedecer al Jefe de Estado que esté en el momento, sin importar a qué partido político pertenezca.
Hay que tomar en cuenta que todo el que tiene experiencia militar, mínimo, comenzó con el gobierno presidido por Leonel Fernández, de manera que si nos llevamos de eso, habrá que buscar suizos y haitianos para que integren las Fuerzas Armadas.
“El que se presta a descalificar a un compañero de armas, es un desconocedor de la Constitución de la República y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, por eso comete un error fatal”, agrega.
La exhortación es “buscar perfiles de virtud y capacidad demostrada, para que los oficiales militares sigan protegiendo la soberanía, la democracia, la Constitución y las Leyes en la República Dominicana”, para eso fueron creadas las Fuerzas Armadas.