close

El 2021 llegó infectado y traumatizado

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
Facebook
Facebook
Youtube
Instagram

Yo intento no desanimarte con hechos desconcertantes, pero lo más probable es que las cosas nunca vuelvan a la normalidad.

Ponerse vacunas será una salida y excusa a la vez; creer que ya vacunado estoy exento de contagio una gran mentira. Esto de limpieza, distanciamiento y precaución será algo universal y permanente.

Que veo hasta hoy. La nostalgia del mundo en enero 2021 fue intensa. Esperábamos desde marzo 2020, cuando nos importaron el virus que esto pasaría, soñábamos con un lugar donde la vida cotidiana se parecería más a nuestras décadas pasadas de progreso y gloria.

La gente del cambio pensó, “Llevaremos a justicia a ladrones comesolos, recuperaremos lo robado, cambiaremos personal corrupto, aunque tengan carrera civil y 40 años de experiencia” y eso no paso. Quizás fue un intento por mostrar control, para volver a una época en la que el cambio no nos fuera impuesto de manera tan universal.

Pero enero se fue hace mucho y no volverá Y los psicólogos te dirán que eso solo es malo si no puedes aceptarlo.
Poco a poco estamos aprendiendo si los cambios de este año serán permanentes. Si el trabajo, para los afortunados entre nosotros, permanecerá desde casa. O si visitaremos el supermercado menos, pero gastaremos más. Si descubriremos que llevar una máscara en el teleférico, autobús y metro es solo parte de la vida. Que, si dar la mano y abrazar será menos común, o si la mayoría de tus interacciones diarias se producirán mediante videoconferencia (en lugar de en persona).

Lograr recuperarnos en seis meses, después de vacunados es un eslogan común para la pandemia, pero la interrupción ha trastornado vidas con puestos de trabajo perdidos y familiares que viven solos o quizás murieron sin despedirse correctamente.

Sin embargo, romper permanentemente los lazos con enero no es necesariamente algo malo, dicen los psicólogos. El peligro proviene de anhelar la normalidad nuevamente, en lugar de seguir trabajando en cómo lidiar con lo que se avecina, por eso los políticos que fingen que lo ‘normal’ está a la vuelta de la esquina se están engañando a sí mismos o a sus seguidores. O quizás a ambos. Las personas que no se adaptan al cambio creen que lo que recuerdan como «normal» volverá. Y retrasarán la modificación de sus rutinas o perspectivas diarias.

Creo, los circuitos del cerebro prefieren sobrevivir. Mientras que parte de nuestra mente puede estar inclinada a resistir el cambio porque sentimos que los desastres son un evento pasajero, otra parte más fuerte de nuestro cerebro abraza lo nuevo rápidamente.

«Adaptación hedónica» es el nombre elaborado por el que sobrevivimos.
Es la capacidad de la mente para aceptar rápidamente algo en su entorno que semanas antes te habría parado en seco, adaptación destinada a proteger a los humanos de los depredadores, está cableado para que no veamos constantemente todas las cosas relativamente nuevas como amenazas y perder las más nuevas y grandes. El beneficio de la adaptación hedónica es que funciona en todas las direcciones.
Los cambios que alteran la vida diaria un mes pueden desaparecer tan rápidamente al siguiente cuando ya no son relevantes.

Los comportamientos que se mantienen son aquellos que están conectados a nuestras rutinas diarias, ahora nos lavamos las manos con más frecuencia sin ni siquiera pensarlo.
Eso es algo que definitivamente podría quedarse con nosotros.
Nuestros circuitos tienden a anular nuestro catastrofismo.

En realidad, somos más resistentes de lo que pensamos. Como con todo, descubriremos cuán resistentes somos y el futuro puede parecer normal nuevamente, por diferente que sea.
Vacúnese, mantenga rutinas de salubridad y luche por sobrevivir porque de los buenos, quedamos pocos, hay muchos dañados por ambición, con dinero mal habido y robos, los delincuentes de cuello blanco son más que los viralatas.

Con el programa de vacunación que fue dado a conocer por el gobierno, parece que, para mediados de 2021, la pandemia estará bastante controlada. Aclaremos que las matemáticas no cuadran: con sólo 18 mil vacunas diarias, como en realidad pueden ofrecer, la campaña tendría que durar 2 años para abarcar a toda la población dominicana de 12 millones contando vecinos, en años de 360 días laborables, pero imaginemos que todo ocurre de acuerdo a lo previsto y con eso baste para detener la pandemia. Cuando se levante la cuarentena, ¿en verdad volveremos a la normalidad preCOVID-19, o habrá cosas que ya no regresarán jamás? Fiestas grupales y besarse al saludarse se acabó, y dar manos con un guante de seda, será la norma.

Seguiremos denunciando.

No Comments

Leave a reply

Post your comment
Enter your name
Your e-mail address

Story Page