Estoy observando el comienzo de mis sueños despiertos Duartianos cuando se jura cumplir con la Constitución y las leyes, son palabras dadas para cumplirlas con lealtad absoluta, perfecta razón de honestidad en las funciones de servidor público. Es un deber que se realiza con fidelidad. La digna actuación en la administración pública merece incluso una emulación, promoción, ahí está la transparencia y la ética con sus obligaciones. Es el hombre de noble carácter que el dominicano necesitaba, ansiaba en las funciones de Estado.
La Diosa de la Justicia ha regresado a la tierra de Patria amada y con un nuevo séquito que de seguro prevalecerán las leyes y se tratará igual a los iguales. Gobierno de la Constitución y las leyes. No de los hombres.
El sueño despierto Duartiano que no sólo yo tengo, es el del muro fronterizo. El pueblo haitiano está desesperado y como humano desea el bienestar que ningún Presidente le ha proporcionado. Ya su tierra no produce, ahí está el hambre que impulsa al humano por caminos inciertos. Aquí están, nos invaden con las parturientas y con la desesperación de un estómago vacío. Todo esto nos afecta, nuestra economía no soporta esa carga. Es de Patria la necesidad del muro. Si no se controla esa penetración ilegal nada bueno nos espera. Porque no ven la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en defensa de los ilegales mejicanos. Al pueblo haitiano se puede y debe ayudarse, pero, ellos allá. El ejército dominicano está en una vigilancia patriótica y debe ayudarse construyendo la muralla que mucho ayudan. Evitemos males que se pueden evitar. Repito nuestra economía no soporta la carga de otro país. Haití no tiene solución y debemos entenderlo. Mañana explotará ese problema, evitemoslo.
Consérvense bueno, unidos a las cinco actitudes de Dios. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
