Los días que estuve en Taiwán, abril 13-19, 1986, me di gusto escribiendo en la libreta para mi bitácora. Ahora con el Covid-19 paso páginas de lo vivido entre los alegres y simpáticos taiwaneses, y entrego a mis amables lectores:
Del libro del Tao: “Cuando el hombre nace, es tierno y débil, cuando muere, está duro y rígido, cuando las cosas y las plantas viven, son suaves y flexibles; cuando mueren, están quebradizas y secas. Por tanto, la dureza y la rigidez son los compañeros de la muerte, y la suavidad y delicadeza son los compañeros de la vida”.
De Confucio: En todas las cosas el éxito depende de la preparación; sin preparación siempre sobrevendrá el fracaso. Cuando lo que ha de ser ha sido previamente determinado, no habrá ocasión para vejaciones. Cuando los principios generales han sido determinados previamente, no existirán perplejidades lo qué hacer.
De Lin Yuntang: “Mientras haya vida, siempre habrá lágrimas y risas. Pero más lágrimas que risas”.
De Confucio: “Aquel que domina la ira, domina a su peor enemigo. El hombre es modesto al hablar pero abundante en el obrar”.
Proverbios chinos: “El que quiera hacer el bien de los demás, ha hecho ya el suyo. Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza. Los bellos caminos no llevan lejos. Cuando el dinero habla, la verdad calla”.
De Confucio: “Cuando veas a un hombre bueno piensa en emularlo, cuando veas a un hombre malo examina tu corazón”.
De Confucio: “Un hombre no trata de verse en el agua que corre, sino en el agua tranquila, porque solamente lo que en sí es tranquilo puede dar tranquilidad a todo”.
Hoy los dejo con el filósofo maestro Confucio: “Saber lo que es equitativo y no hacerlo, he ahí la cobardía”.
Consérvense bueno. Una alegría, amor, aceptación, bendición y agradecimiento totales. Estas son las cinco actitudes de Dios. El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
