Si bien sobre el papel los Boston Celtics no parecían un equipo llamado a liderar la vanguardia de la Conferencia Este, un caso similar podríamos encontrar en los Phoenix Suns que parecen haber dejado atrás la crisis de identidad en la que se habían visto sumidos los últimos siete años y caminan con paso firme hacia una nueva era. Un horizonte lleno de posibilidades y por descubrir donde Ricky Rubio se ha establecido como uno de los pilares del juego de los de Monty Williams, haciendo del pase su punto de partida y encontrando socios en cada jugada como Aron Baynes, Devin Booker o Kelly Oubre Jr.
En la madrugada del lunes al martes a partir de las 3:00 (una menos en Canarias), los Suns de Ricky se verán las caras frente al mejor equipo de la NBA, con el permiso de los Lakers, unos Boston Celtics que llegan tras perder su segundo partido de la temporada e inmersos en una gira por el Oeste y en back-to-back. Una oportunidad de oro para los de Arizona para asentarse en la parte alta de la Conferencia Oeste y dar un puñetazo encima de la mesa, separándose del resto de competidores y empezando a encadenar una racha positiva. Mientras se escriben estas líneas, Phoenix marcha en quinta posición de su conferencia con un balance de 7-4, viniendo 5 de esas 7 victorias en su cancha, donde acumulan un balance de 5-3. El Talking Stick Resort Arena ha de convertirse en el feudo de los naranjas y más contra unos Celtics que querrán sacarse la espina de la anterior noche ante los Kings.
Una de las claves del gran momento que viven los Suns parte de la asociación ofensiva entre Rubio y Booker que contábamos en un extenso artículo en los últimos días, una dupla difícil de detener para las defensas que está explotando las cualidades de un Booker que parecía atascado en los últimos años por su contexto. «Hay que darle mucho crédito al entrenador por esto», decía el base del Masnou sobre el momento que vive el equipo y quién era el responsable de la mejora. «Hay muchos entrenadores en la liga que quieren controlar todo y creo que Monty confía en nosotros».
De la sinergia nacida entre Booker, Williams y Rubio se ha producido un incremento del ritmo de juego, potenciado en parte por el estilo vertical y en llegada que tanto gusta al base español, aumentando en casi 5 posesiones por encuentro el ritmo de los Suns. Eso se traduce en un incremento de 6 puntos por 100 posesiones en offensive rating, pasando de 105 a 111 en este curso. Los Suns mejoran en ataque y, al mismo tiempo, tienen consistencia en defensa, aportada por la rapidez de manos de Ricky y todo lo aprendido en lectura de pick and roll en Utah Jazz. Este último aspecto no es baladí, pues los de Arizona son el segundo mejor equipo de toda la NBA en defender situaciones de este tipo, una de las más comunes en la liga, permitiendo 0,77 puntos por posesión con un 39% de acierto rival.