¿Es la obesidad una enfermedad?

Varios expertos analizan si el exceso de acumulación de grasa debe considerarse mucho más que un factor de riesgo para la salud

En 2016, tres de cada diez habitantes del planeta, lo que equivale a más de 2.200 millones de personas, tenían sobrepeso, y más de 796 millones sufrían obesidad, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Semejante alcance convierte el exceso de grasa acumulada en algo mucho más grave que un problema local -ya no digamos estético-, y el propio organismo dedicado a las políticas de salud pública de la ONU la califica como «epidemia global del siglo XXI».

La obesidad es la carta para que se desencadenen numerosos y peligrosos problemas de salud, como la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, diversos tipos de cáncer y trastornos respiratorios. No hay dudas de su impacto como factor de riesgo, pero ¿debería tratarse como un enfermedad? ¿Impulsaría eso una solución médica al problema?

Son preguntas que tienen a la comunidad médica enzarzada en un intenso debate. Nadie duda de que detrás de la discusión, que se ha aireado recientemente en un artículo publicado en la revista British Medical Journal, hay un poderoso caballero, el gasto sanitario. Pero no es el único factor del debate.

Una inversión controvertida

Para Clotilde Vázquez, jefa del Departamento Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz e investigadora del CIBER de Obesidad en el Instituto de Salud Carlos III, la controversia de considerar la obesidad como enfermedadse debe a factores de economía sanitaria. «Como en la diabetes, que la persona ponga de su parte es tan importante como considerar la obesidad como enfermedad y la necesidad de tratarla. La obesidad constituye una forma anómala de interacción con el ambiente, y eso depende de la compleja imbricación de diversos mecanismos. Si se trata como enfermedad, estamos obligados a dar atención y a subvencionar fármacos y técnicas para su tratamiento», explica.

Según un estudio publicado en Revista Española de Cardiología, a cargo de investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas y el Hospital del Mar, en Barcelona, la atención a personas con sobrepeso, obesidad y obesidad mórbida genera un sobrecoste para el Sistema Nacional de Salud que ronda los 2.000 millones de euros.

«Aunque en España se considera como enfermedad, y como factor de riesgo de otras muchas enfermedades, la respuesta del sistema sanitario es pobre, y a pesar de haberse hecho buenos estudios epidemiológicos sobre la prevalencia de la obesidad, faltan de manera clamorosa medidas de prevención a escala comunitaria y estatal», recalca la endocrinóloga.

En lo que respecta al objetivo del gasto sanitario, un punto clave es comercializar fármacos que benefician al peso corporal, indica Camilo Silva Froján, miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición y especialista en Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra. Para Silva, considerar la obesidad como enfermedad implicaría mejorar el acceso de los pacientes a tratamientos: «La llegada de nuevos fármacos más seguros y efectivos podría generar mucha frustración si el paciente no accede a ellos.

La expectativa es muy positiva en los resultados de estudios preliminares con fármacos en desarrollo, pero la crisis económica obliga a controlar el gasto sanitario. En España debe mejorar mucho el acceso de los pacientes a los tratamientos dietéticos -una educación nutricional de calidad-, quirúrgico y farmacológico. Hay tratamientos que mejoran significativamente el peso y la salud de los pacientes con obesidad, pero no son financiados».

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