Los Golden State Warriors se encuentran ante uno de los veranos más complicados que se recuerdan en la Bahía de San Francisco. A las primeras de cambio, los californianos se quedaron sin Kevin Durant y Andre Iguodala, pero posteriormente perdieron otras piezas importantes como DeMarcus Cousins, Shaun Livingston, Quinn Cook o Damian Jones.
Por ello, pese a mantener a su ‘Big Three’ original, el formado por Stephen Curry, Klay Thompson (lesionado) y Draymond Green, los Warriors necesitaban iniciar una pequeña reconstrucción para organizar su rotación de nuevo y la primera piedra para ese nuevo proyecto fue toda una sorpresa: D’Angelo Russell. El joven base de 23 años sonaba para los Lakers, pero acabó firmando con Golden State por un acuerdo de 117 millones de dólares y cuatro temporadas.