Las Matas de Farfán.- Miles de caballos robados en la República Dominicana, muchos de éstos enfermos, son trasegados a Haití, en su mayoría para el consumo humano.
De acuerdo con los datos ofrecidos en el Palán, centro de comercialización de animales que opera los miércoles y sábado en Las Matas de Farfán, son decenas de camiones cargados de caballos que se dirigen a Haití.
La mayoría de estos animales son robados en las poblaciones de la región Este y trasladado hasta este centro donde son comercializados para enviarlo a Puerto Príncipe y otras poblaciones haitianas, principalmente para el consumo humano en restaurantes.
La comercialización del caballo en el Palán ha tumbado los precios de las reses debido a que en el vecino país se está consumiendo la carne de caballo.
Entre las comunidades dominicanas que se están quedando sin el cuadrúpedo para las labores de montura o agrícola son Higuey, El Seybo, Hato Mayor, La Romana y San Pedro de Macorís, así como localidades del Cibao y el Sur.
Los días de mercado en el Palán son aprovechados para la venta, además de caballos, de burros, reses, chivos y cerdos, estos tres últimos provenientes de las comunidades de la región Sur.
Personas consultadas informaron que quienes se dedican a este negocio llegan con camiones cargados de caballos y regresan con cantidades de reses, adquiridas en el citado mercado.
El robo y trasiego de caballo a Haití es un gran problema que se reflejará a corto y mediano plazo, de acuerdo con residentes en Las Matas de Farfán, como está ocurriendo en la región Este de la República Dominicana, donde la población de estos animales se ha reducido considerablemente.
Se quejan porque la Dirección General de Ganadería y el Ministerio de Agricultura se mantienen indiferentes a la situación que está ocurriendo con el trasiego para sacrificarlos en Haití.
Esta es una situación grave, que tiene un impacto económico, social y de salud, mientras que su transporte les pasa por las narices a las autoridades.
La reducción de la población de caballo se reflejará en el próximo censo agropecuario, como ocurrió con los burros que ha decrecido en la República Dominicana.
Lo peor de todo es que en la zona no existe un control, se puede acudir al centro de comercialización o Palán, sin ningún inconveniente, donde estos equinos se venden sin importar su estado de salud.