La Felicidad: Una Filosofía de vida

Por: Lcda Martina Soriano

En el mundo del comportamiento humano, se habla de tres elementos básicos: conocimiento, habilidades y actitud. El estado normal de una persona es estar contento, ser feliz, vivir con alegría. Aprender a valorarte te hace feliz.

Defender nuestra felicidad y no darnos por vencidos, debe ser una propuesta del día a día. Ayudar a una causa, una idea, una creencia, un sueño, nos motiva a no tirar la toalla. La felicidad es la suma de actividades y emociones positivas.

El aburrimiento y la falta de actividad contribuyen a que las personas se sienten infelices, poco conectadas, aisladas y a veces abandonadas, lo que afecta su estado ánimo. Las personas que se sienten empoderadas, valoradas e integradas son más estables, ya que logran un equilibrio entre las cargas emocionales y racionales.

Rodearnos de personas positivas es importante, porque la alegría es contagiosa. Por el contrario, compartir con personas negativas puede ser tóxico, porque hay una tendencia a captar e interiorizar las emociones de los demás. Como seres humanos captamos los dramas de la vida, las emociones que nos transmiten otras personas. Sin embargo, las personas que buscan soluciones a los problemas se frustran menos, no pierden la alegría.

Las relaciones que nos hacen más felices, son las que mantienen como fundamento la colaboración, la reciprocidad y el respeto. Estas relaciones por lo general son duraderas. Quién está feliz se siente a gusto, contento y complacido.

Atreverse a hablar libremente de lo que nos preocupa, de lo que nos disgusta, evita la frustración y la rabia. «La felicidad es un estado de ánimo de las personas que se sienten satisfechas, por gozar de lo que desean, o disfrutar de algo bueno». Por lo tanto, la felicidad se logra cuando una persona cree haber alcanzado una meta, lo cual le da una sensación de bienestar.

Desde el punto de vista biológico, «La felicidad es el resultado de una actividad neural, tando los factores internos y externos, estimulan el sistema límbico». La psicología positiva, por su parte, dice que el ser humano es feliz cuando alcanza sus objetivos de placer corporal, orgullo, alegría y optimismo.

Cuando no se solucionan los diferentes retos de la vida cotidiana, se produce la frustración y con ella la falta de felicidad. Sin embargo, algunas personas se sienten vacías, aun después de conseguir la meta deseada. Las personas más felices son las que muestran equilibrio emocional, pensamientos positivos y aprecio por lo que tienen.

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