Un catedrático de la Facultada de Ciencias Jurídicas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) consideró que la sentencia que condenó a Marlin Martínez a cinco años es “acomodaticia”, “antojadiza” y “caprichosa”, y que se contradice al establecer que ella no es cómplice de los hechos.
El abogado Pantaleón Paniagua declaró que el Tribunal Colegiado de San Francisco de Macorís actuó “de manera contraria, porque si Marlin no era cómplice de los hechos cometidos por su hijo, entonces debieron descargarla, pura y simplemente y no establecerle ningún tipo de sanción”.
Al participar del programa Propuesta de la Noche, que se transmite por digital 15, donde fue entrevistado por los periodistas Manuel Jiménez y Diógenes Pina, sostuvo que el Ministerio Público presentó las pruebas de la complicidad de la madre del imputado en el hecho, aunque los jueces consideraron que se trata de hechos morales y no hechos punibles ante la ley.
Dijo que se trata de “una sentencia acomodaticia, una sentencia antojadiza, una sentencia fundamentada en los caprichos particulares de estos jueces”, porque de lo contrario, “al encontrarle a ella responsable de su participación directa en la complicidad con su hijo, obligatoriamente tenían que imponerle, o la pena de 20 años, o no establecer sobre ella ningún tipo de sanción”.
Explicó que los artículos 59 y 60 del Código Penal son muy específicos, al establecer que la complicidad en crímenes y delitos se condena con penas “inmediatamente inferior a la que se la haya establecido al culpable principal”, y que en el caso en cuestión al principal imputado se le impuso 30 años y, por consiguiente, a la otra le correspondían 20 años.
Argumentó que Marlin Martínez no solo participó para ocultar y encubrir a su hijo, sino que se involucró en el ocultamiento de las pruebas y del cadáver de la adolescente embarazada Emely Peguero, quien era novia de Marlon Martínez.
“Estos jueces de San Francisco de Macorís dieron una demostración clara de estar desconectados de la realidad dominicana”, expresó Paniagua, al tiempo de argumentar que “si lo que busca una sanción a un hecho punitivo no es establecer una sanción ejemplarizadora, entonces no tiene sentido que tengamos tribunales de justicia, porque estos tribunales lo que hacen es cometer injusticia”.
La adolescente Emely Peguero, de 16 años, tenía cinco meses de embarazo cuando desapareció el 23 de agosto de 2017, luego que su novio Marlon Martínez la recogiera en su casa para llevarla a someterse a procedimientos médicos.
Emely Peguero jamás regreso a su hogar ni fue vista con vida. Su cadáver fue encontrado nueve días más tarde en el interior de una maleta en Cayetano Germosén, de la provincia Espaillat.