Comer tarde afecta a nuestras bacterias y nos crea problemas metabólicos

Comer tarde repercute en las bacterias de nuestro organismo y eso puede provocar problemas metabólicos e intestinales, inflamación, peor pérdida de peso si seguimos una dieta y obesidad. La investigadora Marta Garaulet, experta en cronobiología, lo ha comprobado en un estudio de la Universidad de Murcia en colaboración con la Universidad estadounidense de Harvard y el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

¿Pero qué es comer tarde? Lo ideal es comer entre las 13.30 y las 14.00 horas, señala la catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia, pero en España la comida principal se hace a partir de las 15.00 horas.

“Hemos demostrado que hay un ritmo diario en la microbiota”, explica Garaulet. Eso quiere decir que la diversidad de las bacterias cambia a lo largo del día y de la noche. “Y a mayor diversidad, mejor salud”, apunta.

Un cambio de ritmo que han observado en un estudio, publicado en la revista científica The Faseb Journal, centrado en diez mujeres, de 22-23 años y de constitución delgada, que comieron lo mismo, pero una semana a las 14.00 y otra semana a las 17.30 horas.

Este estudio ha contado con la participación de la doctora María Carmen Collado, investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y del investigador Frank Scheer de la Universidad de Harvard.

“Hemos visto que se invierte completamente el patrón del ritmo de las bacterias que, en solo una semana, se adaptan en su composición, diversidad y abundancia en función de la hora de la comida cambiando así su ritmo”, indica Marta Garaulet en una entrevista con EFEsalud.

Las consecuencias de comer tarde

Ese cambio en la hora de comer de una semana a otra puede tener sus consecuencias fisiológicas en las personas.

“Los ritmos que se asocian a comer tarde son más obesogénicos, más inflamatorios. Y, además, podría explicar en parte por qué cuando las personas comen tarde pierden menos peso en un tratamiento dietético”, señala.

Y sobre todo se observa en las bacterias orales. La saliva es importante porque con ella tragamos millones de bacterias que colonizan el intestino.

“Se ha demostrado, según un estudio reciente publicado en “Science”, que es bacterias orales que tragamos influyen de forma importante en la inflamación del intestino y en enfermedades como la de Crohn”, indica Marta Garaulet.

“De esta manera estamos explicando por qué comer tarde en la comida principal, en la del mediodía, que supone un 45% de la energía del día, es una entrada masiva de energía y la bacteria se adapta y esa adaptación cuando es muy tarde puede asociarse con problemas metabólicos”.

Por eso se estudia la comida del mediodía en los pacientes, porque es la principal del día. Una costumbre que tenemos en España, al igual que en Grecia, Italia, Francia y Portugal y que se asocia con una mejor salud metabólica y frente a otros países europeos que dan protagonismo a la cena.

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