El presidente Donald Trump ha estado actuando como si fuera un candidato en la boleta electoral del martes próximo, presidiendo mítines políticos diarios y participando en anuncios para los republicanos. Para él es lo mejor, en vista de que el resto de su presidencia de cuatro años está en juego.
La Casa Blanca de Trump enfrenta una encrucijada y grandes desafíos con las elecciones de medio mandato. El gobierno de Trump enfrenta varias investigaciones y un estancamiento partidista. Se trata de una advertencia antes de que decida si buscará la reelección.
Trump enfrenta consecuencias potencialmente debilitantes en caso de que los republicanos pierdan el control de una o ambas cámaras del Congreso, que pondrían fin a dos años de hegemonía republicana en Washington. El presidente ha luchado a menudo contra su propio partido, por lo que si pierde terreno en estos comicios se enfrentaría a una oposición mucho menos indulgente.
Por otro lado, si los republicanos mantienen el control de la Cámara y el Senado, no solo sería una victoria para los republicanos, sino una validación de la política de Trump y su presidencia poco convencional. Ese posible resultado, considerado menos probable incluso dentro de la Casa Blanca, envalentonaría al presidente a buscar la reelección.
Si eso sucede, Trump tiene la intención de cantar victoria, argumentando que sus esfuerzos en la campaña redujeron las pérdidas del Partido Republicano y les ayudaron a mantener el Senado, de acuerdo con una persona familiarizada con el pensamiento de Trump que pidió el anonimato porque no estaba autorizada hablar públicamente sobre conversaciones en la Casa Blanca.
Trump dijo a la AP el mes pasado que no será su responsabilidad si los demócratas se hacen del control de la Cámara de Representantes. Durante un mitin en Virginia Occidental el viernes, un desafiante Trump minimizó la posibilidad de que los demócratas retomen el control de la cámara baja. «Podría suceder», dijo, pero añadió: «no se preocupen. Ya me las arreglaré».
Mientras tanto, su personal ha comenzado los preparativos para hacer frente a una avalancha de citaciones que podrían llegar el año próximo de parte de comisiones controladas por los demócratas. La oficina del asesor de la Casa Blanca ha estado tratando de atraer a abogados experimentados.
Si toman el timón de la Cámara de Representantes, los demócratas ya están evaluando reabrir la investigación de la Comisión de Inteligencia de ese cuerpo sobre los vínculos de la campaña de Trump con Rusia. Otras comisiones están tramando una profunda supervisión al gobierno de Trump y su red de intereses empresariales.
Algunos demócratas analizan la posibilidad de utilizar la Comisión de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes para obtener copias de las declaraciones de impuestos del presidente, después de que éste rompiera con décadas de tradición y decidiera ocultarlas del escrutinio público durante su campaña por la Casa Blanca.