Con un plantón frente al Congreso Nacional y acompañada de otras organizaciones, la Alianza Cristiana Dominicana(ACD), que articula a personas católicas, bautistas, episcopales, evangélicas, metodistas y pentecostales, pidió este martes a la Cámara de Diputados despenalizar el aborto tres causales en el nuevo Código Penal Dominicano (en los casos de violación o incesto y cuando hay una inviabilidad manifiesta del feto).
Ana Antonia Suarez quien habló en representación del grupo, afirmó que las violaciones e incestos ocurren bajo condiciones deshumanizantes para la mujer y, por tanto, son contrarias al propósito de Dios de que todas las personas tengan vida.
“Es importante resaltar que grupos que se proclaman defensores de la vida, tienden a despreciar las vidas de las mujeres, y solo les importa la vida del embrión y del feto. Esas visiones simplistas y fundamentalista no atienden la complejidad de los embarazos tanto de niñas como mujeres que viven en carne propia experiencias de alto riesgo tanto de su vida física como emocional”.
Indicó que tanto el feto como las mujeres son criaturas de Dios y merecen vivir con dignidad y plena salud por lo que el Estado dominicano debe incluir la causal de no punibilidad cuando el aborto se produzca a partir de una violación o incesto y cuando la vida de la madre corra peligro.
Señaló que en la Biblia no hay una declaración contraria a las tres causales del aborto, y afirmó que existe una amplia tradición y enseñanza cristiana que entiende necesario la interrupción de embarazos que amenacen la integridad de la mujer.
La Alianza Cristiana exige un análisis más crítico de la doctrina católica como protestante, ya que no existe una negación absoluta de que la mujer no pueda decidir sobre su cuerpo. Las voces del conservadurismo católico, protestante y evangélico que asumen una postura de criminalización de las tres causales no tienen una postura equilibrada y razonada de la problemática de miles de mujeres.
Dijo que los cuerpos legislativos están llamados a ponderar todo el conocimiento producido por más de dos mil años de pensamiento cristiano y no quedar presa de juicios particulares plagado de literalismo y visiones fanáticas.
«Como personas de fe cristiana, afirmamos la libertad de conciencia que tienen las mujeres en la toma de decisiones en cuanto a su sexualidad y la reproducción, y esta decisión no puede, bajo ningún motivo ser objeto de punibilidad con un embarazo inviable, a partir de una violación o bajo una condición de salud agravada», concluyó.