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Inteligencia policial para Seguridad Ciudadana

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“No sabe más el que más cosas sabe, sino el que sabe las que más importan”.
-Bernardino Rebolledo-

En una ocasión estaba reunido con unos amigos empresarios, a quienes les respondí sus preguntas sobre de qué manera se podría fortalecer aún más la seguridad ciudadana manteniendo también el clima de libertades constitucionales. Mi respuesta fue inmediata y precisa: fortalecer el sistema de prevención policial aumentando la producción de inteligencia para la seguridad ciudadana.

En tal sentido, les comentaba a mis amigos que el actual director general de la Policía Nacional, mayor general Ney Bautista, desde que asumió el mando de la institución bajo un desbordamiento de hechos delictivos priorizó acertadamente su accionar en incrementar las acciones preventivas.

Justificaba mi rápida respuesta, argumentando que la prevención y la anticipación, no solo son fundamentos “congénitos” de la inteligencia policial para enfrentar la violencia y la criminalidad, sino que son el principal desafío institucional, pues hay que reconocer, en primer lugar, que la prevención es la “espina dorsal” sobre la cual descansan los distintos procesos misionales que impiden o disminuyen el grado de oportunidad de determinadas causas y hechos perturbadores de la convivencia ciudadana en el medio social, económico, cultural y político; y en segundo lugar, aquellos que desarrollan la inteligencia policial deben de entender que esto no es simple, sino que hay que comprender claramente lo que nosotros llamamos la “georreferenciación” de las actividades criminales, pues obtener inteligencia de alta anticipación conlleva la observación de los probables escenarios, el entendimiento de cómo opera y evoluciona la lógica criminal dentro de las organizaciones criminales en la dinámica de las corrientes sociales, y el impacto de la influencia global.

Para decirlo en términos más sencillos, la “prospectiva”, como disciplina encargada de analizar el futuro para lograr su comprensión y así ejercer una influencia sobre el mismo en la medida de lo posible, requiere hoy en día de una exploración más amplia de las situaciones delictivas dentro del proceso analítico, a los fines de obtener un mayor conocimiento sobre los actores y desarrollo de las organizaciones tradicionales criminales, las emergentes y aquellos fenómenos que desestabilizan la convivencia social.

Para este propósito, hay que continuar desarrollando la estructuración una plataforma estratégica que permita a la Policía Nacional consolidar la “inteligencia policial” dentro del ámbito de la convivencia pacífica de los ciudadanos, con el fin de ampliar cada vez más su capacidad estratégica-prospectiva y su cobertura táctica operacional, tanto en las direcciones centrales, direcciones regionales, comandos departamentales e inspectorías, hasta llegar a la creación de unidades dentro de los cuarteles de la policía local en los barrios.

Esto permitirá a la institución del orden la conformación de una red de inteligencia policial mucho más efectiva, dinámica, y con detalles locales que incorporados al plan general estratégico, proporcionaría la capacidad de combatir la transformación de los fenómenos delictivos cambiantes, que siempre se erigen como un reto a la Seguridad Democrática, y por vía de consecuencias a la misma gobernabilidad, cuya base fundamental es la confianza de los ciudadanos en las instituciones del Estado.

Recordemos, que la seguridad ciudadana no es competencia exclusiva de la Policía Nacional, sino de todas las instituciones estatales. Bajo este postulado, la Policía Nacional se coloca como un ente catalizador de las políticas de seguridad públicas diseñas por el Ministerio de Interior y Policía, que está en el deber de suministrar todos los recursos económicos para desarrollar sus capacidades operacionales, profesionalización de sus efectivos, equipamiento tecnológico para que en materia de inteligencia la Dirección Central de Inteligencia Policial sea el órgano rector de las actividades de recolección, procesamiento y difusión de información para la posterior producción de inteligencia estratégica y operacional.

De esta manera, la inteligencia policial fortalecerá dos vectores vitales para eficientizar el desempeño de sus funciones: el primer vector, pondrá la institución en condiciones de ser altamente preventiva (función principal de toda policía), y como segundo vector dotará al alto mando de informaciones valiosas para la toma efectiva y oportuna de decisiones institucionales.

Vale aclarar que es deber misional la generación de información de alto contenido de anticipación y oportunidad con el objetivo de neutralizar los fenómenos delictuales y las actividades criminales de todo tipo, que se erigen como amenazas a los ciudadanos en los ámbitos rurales y urbanos. Por esto es que insisto en la creación de estas unidades hasta en los recintos policiales más lejanos, puesto que el moderno enfoque del concepto de inteligencia se cimienta en entender la seguridad desde una óptica amplia, profunda y a la vez coherente con el conjunto de sistemas de protección de la vida, bienes y propiedades de los ciudadanos.

En este contexto, la inteligencia orientada a la prevención frente al delito y el crimen contribuirá a la generación de espacios seguros de convivencia ciudadana que disminuyan sustancialmente las acciones “represivas” de la Policía ante los actos delictivos, y colaborando así, con la administración de justicia, el ejercicio de los derechos y las libertades públicas, al mejoramiento de la imagen de la institución policial ante la ciudadanía, a la vez que cumple con su misión principal: la prevención del delito.

Esta prevención de la violencia y delincuencia, bajo las acciones de la “inteligencia preventiva”, deben ser profundizados por la compresión del fenómeno criminal a partir de los elementos constitutivos demográficos, sociales y culturales, estudiando su comportamiento bajo la óptica de profesionales de las diversas disciplinas sociales, especialmente de aquellos fenómenos de violencia y delincuencia que estén generando “tendencia” en la sociedad para que reciban “tratamiento policial integral temprano” basados en las estrategias institucionales, junto a las demás instituciones del Estado.

Como es costumbre en el desarrollo de estos ensayos, no solo me circunscribo a plantear una situación determinada, sino que también hago humildes sugerencias para la realización de las mismas, y en este contexto nos permitimos indicar:

1.- Crear unidades de inteligencia hasta en los destacamentos policiales, basados en el modelo estratégico para poder identificar a partir de la recolección de información su procesamiento y posterior análisis, para comprender a cabalidad los fenómenos de violencia y delincuencia de cada jurisdicción en particular, dando seguimiento a su evolución actuarial, además del diseño y construcción de escenarios prospectivos criminales que den a la Policía la capacidad de focalizar y orientar las operaciones de inteligencia hacia acciones efectivas de prevención.

2.- Puesto que el punto anterior está basado en el ámbito preventivo desde una óptica operacional, debería ser complementado con la intervención de la Dirección Central de Investigaciones Criminales, a los fines de cubrir aquellos espacios donde ha fallado la prevención, y sean completados con las acciones punitivas junto al Ministerio Público.

3.- Las dos acciones policiales anteriores deberían ser apoyadas por los demás componentes institucionales regionales, departamentales y locales, dirigidos bajo un solo plan estratégico hacia aquellos objetivos que perturban la paz social y convivencia ciudadana.

En síntesis, el presente análisis tiene como objetivo que los tomadores de decisiones aumenten los recursos financieros dirigidos a aumentar las capacidades operacionales del área de inteligencia policial, lo que redundará en el incremento de los niveles de productividad y efectividad en los procedimientos policiales preventivos, disminuyendo los niveles del índice de criminalidad, mejorando la percepción y sensación de seguridad, y por supuesto, aumentando la credibilidad de la Policía Nacional, pues estará aplicando la inteligencia policial no para saber todas las cosas, sino las cosas más importantes.

El autor es miembro del Círculo Delta
fuerzadelta3@gmail.com

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