Varios mítines progubernamentales en ciudades iraníes atrajeron a miles de manifestantes este miércoles, después de seis días de protestas en contra de la administración que tomaron desprevenidos a los líderes del país.
La televisión estatal transmitió imágenes en vivo de las concentraciones en Kermanshah, Ilam y Gorgan, donde los manifestantes ondearon banderas iraníes y fotos del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
El mayor desafío al orden establecido en Irán en casi una década continuó hasta la noche del martes, con publicaciones y videos en las redes sociales que mostraban a la policía antidisturbios desplegada en varias ciudades.
Horas antes, Jamenei acusó a los enemigos de Irán de fomentar los disturbios.
El miércoles, manifestantes expresaron su apoyo a Jamenei, coreando: “la sangre en nuestras venas es un regalo a nuestro líder” y “no dejaremos solo a nuestro líder”.
Las protestas, que se iniciaron por las dificultades económicas, han adquirido una extraña dimensión política, con un creciente número de jóvenes pidiendo la dimisión de Jamenei. Son las más grandes desde los disturbios en 2009 que siguieron a la disputada reelección del entonces presidente Mahmoud Ahmadinejad.
Al menos 21 personas han muerto durante los disturbios, incluyendo a dos miembros de las fuerzas de seguridad. Más de 450 manifestantes han sido detenidos en Teherán en los últimos días, y otros cientos han sido detenidos por todo el país, según las autoridades.
“Los alborotadores sediciosos deben ser ejecutados”, corearon los manifestantes el miércoles, mientras que las pancartas que llevaban decían que las hostiles “manos ocultas” guiadas desde Estados Unidos, Israel y Reino Unido, debían ser cortadas.
En un intento por controlar el flujo de información y convocatorias de reuniones antigubernamentales, las autoridades de Teherán mantenían restringido el acceso a la aplicación de mensajería Telegram e Instagram, propiedad de Facebook Inc..
