HealthDay News.- La bebida que tome frecuentemente influye en su estado de ánimo, según una nueva encuesta internacional.
Aproximadamente la mitad de los que beben vino tinto y cerveza afirmaron que les hacía sentirse relajados y despreocupados, muestran los resultados de la Encuesta Global sobre Drogas. Aproximadamente 2 de cada 5 personas que bebían cerveza dijeron que les hacía sentirse seguros de sí mismos, mientras que una cuarta parte de los que bebían vino tinto dijeron que se sentían más atractivas sexualmente después de una copa.
El licor fuerte provoca los cambios más abruptos en el estado de ánimo, encontraron los investigadores. Casi el 60 por ciento de los que bebían licores dijeron que les hacían sentirse revitalizados y seguros de sí mismos, pero también eran más propensos a sentirse agresivos, enfermos, inquietos o tristes en comparación con los que bebían vino tinto o cerveza.
Por ejemplo, casi un tercio de los que bebían licores fuertes dijeron que eran más propensos a sentirse agresivos después de un trago o dos, frente al 2.5 por ciento de los que bebían vino tinto y un poco menos del 7 por ciento de los que bebían cerveza, mostraron los resultados.
La publicidad «vende las emociones positivas que las personas podrían buscar en la bebida, pero es importante comprender que también se activan las negativas», advirtió el investigador Mark Bellis, director de políticas, investigación y desarrollo internacional del Servicio Nacional de Salud de la Salud Pública de Gales (Public Health Wales NHS Trust), en Cardiff.
«Si las personas quieren tomar decisiones informadas sobre lo que beben, deben conocer el panorama completo de cómo afecta el alcohol a los estados de ánimo y a las emociones», añadió Bellis.
Los resultados de la encuesta proporcionan una evidencia clara de que las personas con frecuencia escogen sus bebidas basándose en el estado de ánimo que quieren lograr, dijo el Dr. Scott Krakower, jefe asistente de la unidad de psiquiatría del Hospital Zucker Hillside en Glen Oaks, Nueva York.
«Claramente muestran que a veces las personas toman alcohol para regular sus emociones, no solo las emociones negativas, sino también las positivas», planteó Krakower.
La Encuesta Global sobre Drogas obtuvo las respuestas de casi 30,000 personas en 21 países en los que se hablaban 11 idiomas distintos. La encuesta se realizó de noviembre de 2015 a enero de 2016.
Bellis dijo que tiene sentido que diferentes tipos de bebida actúen de forma distinta en el cerebro y las emociones, dado el modo en que varían los niveles de alcohol.
«Los licores con frecuencia se beben más rápidamente y contienen unas concentraciones de alcohol mucho más altas. Esto puede resultar en un efecto estimulante más rápido a medida que aumentan los niveles de alcohol en la sangre», explicó.
«También se pueden consumir en distintas situaciones sociales, de modo que las personas podrían beber los licores de forma deliberada para sentir el efecto de ebriedad rápidamente, mientras que otros tipos de bebida se suelen beber lentamente o junto con comida», añadió Bellis. «A medida que la gente siente los efectos de unos mayores niveles de alcohol, esos aumentos reducen la capacidad del cerebro de suprimir los sentimientos impulsivos o de pensar en las consecuencias de actuar en base a ellos».