La ciencia sopesa cómo la grasa aumenta el riesgo de cáncer

HealthDay News — Hace años que los científicos saben que la obesidad puede aumentar el riesgo de cáncer, pero ¿cómo? Ahora, una nueva investigación ofrece pistas sobre cómo las células de grasa fomentan los tumores.

«La obesidad aumenta de forma dramática en todo el mundo, y ahora se reconoce como uno de los factores de riesgo importantes del cáncer; se han vinculado 16 tipos distintos de cáncer con la obesidad», explicó Cornelia Ulrich, del Instituto Oncológico Huntsman, en Salt Lake City.
Para ayudar a prevenir la enfermedad, «necesitamos con urgencia identificar los mecanismos específicos que vinculan a la obesidad con el cáncer», planteó.

Estudios anteriores ya han descrito varias formas en que la grasa podría tener un rol en el cáncer. Por ejemplo, la obesidad aumenta la inflamación en el cuerpo, lo que se ha asociado desde hace tiempo con la enfermedad.

La obesidad también puede afectar al metabolismo de las células cancerosas y socavar las defensas naturales del sistema inmunitario, lo que podría ayudar a los tumores a crecer y a propagarse.

El equipo de Ulrich anotó que el vínculo entre la gasa y el cáncer también implica una «conversación cruzada» celular, que son cambios en la compleja señalización química en el interior de las células. Encontrar formas de interrumpir esa «conversación cruzada» podría conducir a nuevas maneras de prevenir el cáncer, teorizaron los investigadores.

En la nueva revisión, que aparecerá en la edición del 5 de septiembre de la revista Cancer Prevention Research, un equipo internacional de investigadores examinó los datos de 20 estudios existentes. Los estudios se publicaron a lo largo de las últimas siete décadas, y todos se enfocaron en la conversación cruzada celular entre las células tumorales y los tumores malignos.

En varios de esos estudios, ciertas células de grasa (conocidas como «células estromales adiposas») fueron capaces de invadir las lesiones cancerosas y entonces ayudar a fomentar el crecimiento de los tumores. Los datos también mostraron que las personas obesas con cáncer de próstata o de mama parecían tener más de esas células que las personas más delgadas.

Algunos tipos de células grasas también eran más «metabólicamente activas», ya que liberaban más sustancias que fomentaban el crecimiento tumoral, encontró la revisión.

Además, la grasa puede ser blanca, marrón o beige, anotó el equipo de Ulrich. Y cada uno de esos distintos tipos de grasa tiene una conducta distinta, dependiendo de la cantidad y la ubicación en el cuerpo. Por ejemplo, la revisión encontró que el tejido graso blanco se vincula con la inflamación y unos peores resultados en las mujeres con cáncer de mama.

La ubicación de la grasa también influye en la forma en que afecta a ciertos tipos de cáncer, encontró la revisión. El tejido graso por lo general está al lado de los cánceres de colon y rectales, anotó el equipo de investigación, y forma parte del ambiente directo de los tumores de mama.

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