Por: Roxana de la Riva
orlandosentinel.com
En marzo de este año Joel Flores, un político novato, ganó la alcaldía de Greenacres ante su oponente Jonathan Pearce, concejal de la ciudad desde 2010. Así surgió en la arena política un joven puertorriqueño de 35 años, veterano militar, con preparación profesional en administración de empresas y preocupado por la educación pública.
Con el apoyo de los electores y de su antecesor, Sam Ferreri quien duró en el cargo 29 años y decidió no buscar un quinceavo término, Flores se convirtió en el primer alcalde boricua esta ciudad del sur de Florida y en el único funcionario hispano en el condado entero de Palm Beach.
“Serví en el ejército por 13 años, tengo mi maestría en negocios, he trabajado en educación y ahora trabajo con pequeños negocios. Creo que tengo la experiencia requerida para correr una ciudad», dijo a El Sentinel el alcalde que visitó Orlando para participar en la conferencia Florida League of Cities, donde se reúnen todos los alcaldes y concejales de las ciudades del Estado del Sol.
Localizada en el corazón del condado de Palm Beach y cerca de los condados de Miami Dade y Broward, hasta hace poco el concejo municipal de la ciudad de Greenacres no tenían ningún miembro electo que hablara español, algo que para muchos era increíble de creer considerando que de los 40,000 habitantes del lugar, el 50 por ciento son hispanos.
“Ahora queremos cambiar eso. Lla razón por la que yo decidí correr es porque no teníamos representación hispana”, sentenció el alcalde.
En su visita Flores aseguró que Orlando ha sido la “tercera casa de los puertorriqueños”, después de la Isla del Encanto y de Nueva York. “Venir aquí es bien lindo porque siento como que estoy en Puerto Rico, es bien lindo escuchar el acento de uno. Aquí en Orlando han hecho un buen trabajo en mantenerse unidos y mantener las tradiciones y la cultura”, destacó.
Pero hay múltiples diferencias entre las dos ciudades de Florida. Según el puertorriqueño, Palm Beach -con 43,390 boricuas-, es considerado un condado para gente rica y para aquellos que están por retirarse. Flores admitió que en su ciudad hay casas de millones de dólares y que en Orlando el costo de vida es más razonable y que por eso, la Ciudad Bella, es más atractiva.
Aun así recalcó que los hispanos deberían considerar el condado de Palm Beach para mudarse. «Greenacres puede ser la casa para la clase media porque tenemos una buena economía. Creo que es un tesoro para la comunidad hispana porque no saben todo lo que tenemos disponible, es una comunidad que se siente como un pueblo en Puerto Rico donde todo el mundo se conoce», aseguró.
Un asunto pendiente es la educación, dice Flores, especialmente con los inmigrantes que vienen de zonas indígenas de Guatemala o México donde hablan dialectos. “Los niños no solo tienen que aprender inglés, sino español también. Una de mis iniciativas es trabajar con el condado de Palm Beach y proveer más recursos y servicios para apoyar a esas familias en educación», afirmó.
Aparte de su participación en el evento que reúne a los funcionarios de las ciudades de Florida, el alcalde de Greenacres comentó sobre el movimiento Boricua Vota que nació en Orlando y que ha llegado hasta Palm Beach.
“Es algo en lo que nos tenemos que involucrar, tenemos la responsabilidad de representar a aquellos que no tienen voto y por eso Boricua Vota es muy importante porque nosotros [los puertorriqueños] llegamos de la isla con un poder que nadie nos puede quitar”, aseguró.
Por su parte, Socorro Ramos-Avilés, coordinadora de Boricua Vota, recordó que si los hispanos no salen a votar no se logrará el progreso para la comunidad. Ramos Avilés dijo que hay que «crear las condiciones para que nuestra gente participe, que esos representantes sean nuestros, porque necesitamos escuelas buenas bilingües, sensibles a las necesidades de nuestros niños; trabajos bien pagados, vivienda accesible para nuestras familias, y eso se logra solo participando”, aseguró.
Boricua Vota nació en Orlando en el 2014 luego de ver que no había representación hispana en los distintos cargos de las ciudades, condados, a nivel estatal y federal. “Nos esforzamos por crear las estrategias para atraer a la gente, inscribirla para votar, y que se prepare para votar en todas las instancias, no hay puesto insignificante”, señaló Ramos-Avilés.
Hasta el momento, el movimiento de exhortar a los puertorriqueños a votar se ha extendido a Palm Beach, Miami y Tampa. “Eesa es la idea, que vaya creciendo. Donde haya un grupo de boricuas interesados allí vamos a estar, ya lo hicimos aquí [en los condados de Orange y Osceola], compartiendo estrategias, las que él [Flores] utilizó en Greenacres son buenísimas para seguir utilizando en otras ciudades”, dijo la coordinadora de Boricua Vota.
“Cuando decidí correr [por la alcaldía] hablé con consultores que me dijeron que me olvidara [de la carrera] si pensaba que los hispanos me iban a elegir. Tenemos una reputación o una fama de no votar. Cuando podamos cambiar ese pensamiento es que vamos a afectar las elecciones y conseguir el respeto de los políticos”, finalizó Flores.